Las autoridades de Brasil afirman que el consumo de crack ha disminuido en un 80 por ciento desde la implementación de un programa estatal de desintoxicación que comenzó hace un año en el famoso distrito de Cracolândia en São Paulo, Brasil; sin embargo, hay razones para dudar del supuesto éxito del programa.
Según el Ministerio de Salud Municipal de São Paulo, actualmente hay 300 usuarios de crack en el barrio La Luz —mejor conocido como Cracolândia (o “Tierra del crack”)—. Este número representa la quinta parte de los 1.500 adictos que había en Cracolândia antes de la implementación de Brazos Abiertos (“De Braços Abertos”), un programa estatal para el tratamiento de la drogadicción, iniciado en enero de 2014, según informó una oficina del gobierno municipal de São Paulo.
El gobierno también informó que la delincuencia ha disminuido en esta zona: la policía militar registró una disminución del 80 por ciento en el robo de vehículos y de 33 por ciento en atracos callejeros en 2014, mientras que las detenciones por tráfico de drogas aumentaron 83 por ciento.
El programa Brazos Abiertos, que ofrece vivienda, alimentación y empleo a más de 400 usuarios de drogas en el barrio La Luz, no exige a los participantes que dejen de consumir drogas como requisito para ingresar al programa.
Análisis de InSight Crime
Aunque la significativa disminución del año pasado en el uso de crack apuntaría teóricamente a la efectividad de Brazos Abiertos para reducir las tasas de adicción en Cracolândia, un vistazo a las cifras revela un panorama diferente. Como informó InSight Crime, la mayoría de las personas detenidas en la zona durante una reciente ofensiva contra “narcos” eran a lo sumo traficantes menores, o incluso adictos; su desaparición de la zona puede explicar la sorprendente disminución en el número de adictos.
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También es posible que esta intervención, aunque bien intencionada, haya hecho que algunos consumidores de drogas se trasladaran a otras zonas de São Paulo, que actualmente está sufriendo de una epidemia de crack.
En muchos sentidos, la estrategia mixta de Brasil en Cracolândia —proporcionar soluciones saludables como Brazos Abiertos a la vez que se trabaja con la policía para realizar arrestos— refleja una ambivalencia general hacia la reforma de la política antidrogas en toda Latinoamérica. A pesar de que hay un creciente número de países de la región que no disponen de políticas que prohíban el uso drogas, la evidencia sugiere que, en la práctica, muchos aún están implementando medidas punitivas contra los consumidores de drogas.