Las autoridades dicen que los homicidios en Honduras han caído más de un 15 por ciento en 2014, en comparación con el mismo período del año anterior, aunque no está claro si esto representa una reducción real en los delitos violentos o si esto se debe a la manipulación de las estadísticas.
El 11 de agosto, el Ministerio de Seguridad de Honduras dio a conocer un informe preliminar en el cual se indicaba que se habían registrado 3.367 entre enero y julio de 2014, en comparación con los 3.990 casos registrados en el mismo período en 2013, lo que representa una disminución del 15,6 por ciento, informó EFE. El promedio diario de homicidios bajó de 16,9 a 15,2, y el mes de enero fue el mes más violento según el informe.
La Prensa informó que las autoridades no habían proporcionado ninguna información sobre las posibles causas de esta reducción.
Análisis de InSight Crime
Honduras es catalogado como el país más violento del mundo, fuera de una zona de guerra. Tanto los grupos narcotraficantes extranjeros y locales como las pandillas callejeras, como la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, contribuyen a la violencia. Estas pandillas se han vuelto más sofisticadas a medida que ha crecido la presencia de organizaciones narcotraficantes transnacionales, tras el golpe de 2009 que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya y dirigió al país hacia el caos.
Desde que ocupó el cargo, el actual presidente de Honduras Juan Orlando Hernández ha buscado implementar una serie de medidas de seguridad de línea dura, como el despliegue de la policía militar, con el fin de reducir el crimen violento.
Si bien es difícil determinar si las medidas de Hernández han tenido un impacto sobre la tasa de homicidios, hay otro factor que probablemente lo haya tenido: un cambio en la forma en la que los asesinatos de Honduras son contados.
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Hasta mediados de 2013, los homicidios del país fueron monitoreados por el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras -una iniciativa conjunta de la policía, personal de medicina forense, personal de la universidad y la Procuradoría General. Sin embargo, el año pasado, el ministro de Seguridad Arturo Corrales creó un observatorio independiente de la violencia manejado por la Policía Nacional.
Las discrepancias en las cifras producidas por estos dos observatorios se hicieron evidentes a finales de 2013: la UNAH reportó una tasa de homicidios de fin de año de 83 por cada 100.000 habitantes, mientras que la policía reportó que los asesinatos habían caído a una tasa de 75,1 por cada 100.000 habitantes. La diferencia, al parecer, fue debido a que la Policía Nacional no había registrado 700 homicidios, en los cuales no se le realizó ninguna autopsia al cadáver.
La estrategia de Corrales bien puede ser la de presentar las estadísticas de criminalidad de una manera positiva con el fin de impulsar la popularidad del gobierno. Otros gobiernos de la región, como Venezuela, enfrentan acusaciones similares acerca de la manipulación de las cifras de homicidios, con la intención de que encajen dentro de sus objetivos políticos.