El Departamento de Estado de Estados Unidos ha elogiado los esfuerzos de Chile y Honduras para combatir la trata de personas -dos países que se enfrentan a retos de seguridad muy diferentes pero que han llegado a conclusiones similares sobre la mejor manera de enfrentarse a las redes de trata de personas.
En el recién lanzado Informe sobre la Trata de Personas 2014, el Departamento de Estado ascendió a Chile al Nivel 1 (Tier One) -la mejor designación- como resultado de una mayor formación de sus fuerzas de seguridad, coordinación interinstitucional y la elaboración de un nuevo plan de acción y de protocolo de asistencia de víctimas.
El informe destacó la formación de más de mil agentes de policía para combatir la trata de personas y la designación de fiscales especiales en cada región del país para supervisar las investigaciones. Además, Estados Unidos citó la primera condena en el país por trata laboral.
Honduras también recibió reconocimiento por los mayores esfuerzos, y en el informe se movió desde la Lista de Observación de Nivel 2 –la segunda más baja- al Nivel 2. Entre las mejoras del país, el informe hizo hincapié en un mayor número de funcionarios de las fuerzas de seguridad dedicados a la lucha contra la trata de personas, la financiación estatal de una comisión interinstitucional contra la trata, y la primera condena en el país por trata de adultos.
Nicaragua se mantuvo en el Nivel 1 por tercer año consecutivo debido a los fuertes programas de prevención del país y a la coordinación regional de esfuerzos contra la trata.
Análisis de InSight Crime
La sólida economía de Chile hace del país un destino para las víctimas de trabajo forzoso provenientes de otros países de Latinoamérica, así como de China y la India. Según el Departamento de Estado, las víctimas a menudo son objeto de trata para trabajar en industrias como la minería, la agricultura y los servicios.
Aunque el país parece estar tomando enérgicas medidas contra el tráfico sexual, los informes de otras organizaciones han puesto de relieve falencias de las fuerzas de seguridad en su lucha contra el trabajo forzoso. En enero de este año, una representante de la Organización Internacional para las Migraciones en Chile, advirtió que la falta de investigación sobre la explotación laboral ha facilitado este tipo de tráfico.
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En Honduras, los altos niveles de pobreza y el narcotráfico son dos factores que juegan un papel central en el tráfico de personas. Las pandillas callejeras trafican mujeres en la frontera con Nicaragua, y obligan a los hombres jóvenes a transportar drogas y a actuar como sicarios. Con altas tasas de delincuencia y de homicidios, los esfuerzos del gobierno para combatir la trata de personas son un raro ejemplo positivo de la forma en que están haciendo mejoras.
Nicaragua cuenta con una de las tasas de homicidios más bajas de la región y, a menudo ha sido aclamado como un ejemplo de la aplicación efectiva de la ley en Centroamérica. La posición del país en el informe sobre la trata de personas de 2014 refuerza esta percepción, aunque dos regiones autónomas del Atlántico de Nicaragua (RAAN y RAAS) -que también son importantes zonas estratégicas para el tráfico de drogas- fueron identificadas como áreas en las que la población local es más vulnerable a la trata de personas, y donde los esfuerzos por parte de las fuerzas de seguridad son insuficientes.