Estados Unidos aumentará las plazas para refugiados que huyen de la cruenta violencia en la región del Triángulo Norte de Centroamérica, reconociendo así los peligros que esos migrantes enfrentan tanto en sus países como durante su accidentada travesía hacia el Norte.
El 13 de enero, el secretario de estado estadounidense John Kerry anunció la ampliación del Programa de Acogida de Refugiados para las personas en busca de asilo procedentes del Triángulo Norte, la región devastada por la violencia que abarca a Guatemala, El Salvador y Honduras.
El alto funcionario estadounidense no especificó cuántos migrantes centroamericanos más serían admitidos en calidad de refugiados en su país. Sólo 3.000 refugiados, de los 85.000 de todo el mundo que se esperaba arribaran a las costas estadounidenses durante el actual año fiscal, serán admitidos de Centroamérica, según el Washington Post.
Kerry afirmó que la expansión "ofrecerá [a los migrantes centroamericanos] una alternativa segura y legal a la peligrosa travesía que muchos se ven tentados a emprender en la actualidad, lo que los convierte en presa fácil para los tratantes de personas, a quienes sólo les interesa su propia ganancia”.
Análisis de InSight Crime
Como lo señala Kerry, la ampliación del programa de refugiados busca evitar que los migrantes sean víctimas de los traficantes de personas, también llamados "coyotes", quienes obtienen ingentes ganancias de las difíciles condiciones que los migrantes afrontan en su odisea a Estados Unidos. La decisión se da menos de un mes después de que el Congreso destinara US$750 millones a la región en ayuda económica, de seguridad y para el desarrollo, con el fin de solucionar las causas que llevan a los migrantes a huir en primer lugar; léase la pobreza generalizada y la violencia de pandillas.
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Sin embargo, no debería elogiarse demasiado a Estados Unidos sin que se hayan anunciado más detalles y se vean los resultados. No hay claridad sobre el número adicional de refugiados que Estados Unidos planea admitir, y es de esperar que los solicitantes de asilo tengan que pasar por un largo proceso de aprobación. El New York Times informó en noviembre pasado que sólo 90 de más de 5.000 solicitantes habían tenido una entrevista dentro del programa de Menores Centroamericanos, a casi un año de su implementación.
Además, recientemente las autoridades pusieron en marcha una redada antiinmigración, cuyo objetivo son los migrantes centroamericanos que han ingresado ilegalmente al país desde 2014. La administración del presidente Barack Obama parece resuelta a facilitar el viaje a los solicitantes de asilo que huyen de la violencia en el Triángulo Norte, aun cuando intensifique los esfuerzos contra migrantes en las mismas circunstancias que ya cruzaron la frontera.