Las autoridades de Bolivia afirman que las prácticas policiales efectivas han logrado desplazar a las organizaciones locales de tráfico de drogas desde el norte hasta el sur del país, hecho que, de ser cierto, es un cambio que probablemente está siendo más impulsado por las dinámicas del mercado, que por la presión de las fuerzas de seguridad.
Según el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, los clanes familiares del crimen, que tradicionalmente han participado en el narcotráfico de Bolivia, se han trasladado desde el municipio noroccidental de La Paz, hacia la región del Chaco, informó La Prensa.
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Cáceres afirmó que ese cambio se presentó como consecuencia de las prácticas policiales efectivas, y también que quedaban pocos traficantes en el sector del norte. El funcionario agregó que los clanes locales estaban trabajando junto a grupos de traficantes extranjeros en el sur del país, principalmente colombianos, paraguayos y brasileños, informó La Razón.
Análisis de InSight Crime
Mientras que la prensa local afirma que esta aparente migración es una "victoria", en realidad los comentarios de Cáceres son indicativos de una situación en la que el tráfico de drogas simplemente se ha desplazado, y no ha sido derrotado en ningún sentido.
Es cierto que las operaciones de las fuerzas de seguridad se han incrementado en el norte del país, en gran parte debido a las agresivas protestas de los cultivadores de coca frente a las iniciativas de erradicación, y por lo tanto, es plausible que los traficantes hayan optado por trasladarse para evitar esta presión.
Sin embargo, éste sólo sería otro ejemplo del "efecto globo" que se ha visto en toda la región –donde las presiones de las fuerzas de seguridad en un lugar, resultan en la reubicación del grupo en otro lugar en donde la presión sea menor. Probablemente tiene poco que ver con el funcionamiento del comercio de drogas en el país.
Aún más, con el crimen organizado extranjero aumentando su interés en Bolivia, cualquier cambio puede ser también impulsado por la dinámica del mercado. La región del Chaco es una extensa y árida porción de tierra que atraviesa a Bolivia, Argentina, Brasil y Paraguay.
Con Argentina siendo un mercado comercial clave, un punto de partida para la exportación y una fuente de precursores químicos, con Brasil representando un mercado incluso mayor y un punto de exportación aún más grande, y con Paraguay siendo una ruta de tránsito, el sur y el este de Bolivia son mucho más importantes que el norte para las operaciones de tráfico de drogas, manejadas tanto por los grupos locales como por los extranjeros. Es también donde muchos de los vuelos de drogas que vienen de Perú aterrizan, y el polvo y la base de cocaína peruana representan la mayor parte de las drogas que pasan por Bolivia.