Algunos funcionarios han llamado un “éxito” al programa del gobierno de Ciudad de México que tiene como objetivo desarmar a la población civil, pero el programa ha fallado en reducir los homicidios relacionados con armas, planteando interrogantes sobre los beneficios directos de este tipo de iniciativas.
Desde que el programa "Por tu familia, desarme voluntario" se inició en diciembre de 2012, las autoridades de la capital han recogido 13.183 armas de fuego, más del doble de lo que se había recogido en los cuatro años anteriores, informó Milenio.
La secretaria de Desarrollo Social del Distrito Federal, Rosa Icela Rodríguez, señaló que el programa había ayudado a que los residentes conocieran los riesgos asociados con la propiedad de armas. El programa –en el que el gobierno entregaba dinero en efectivo y aparatos electrónicos a cambio de las armas de fuego- también ha sido reconocido por las organizaciones no gubernamentales internacionales y por otros gobiernos regionales.
Sin embargo, la violencia perpetrada con armas de fuego se ha mantenido bastante constante durante el período. Según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), enero y junio de este año se registraron 637 lesiones dolosas y 216 homicidios que fueron cometidos con armas, en comparación con 631 heridos y 223 asesinatos en el mismo período del año pasado.
Análisis de InSight Crime
El programa de desarme de Ciudad de México es sólo una de las varias iniciativas que apuntan a sacar las armas de las calles de Latinoamérica. Otras iniciativas prominentes han incluido un programa de amnistía similar de armas por dinero en Brasil, también el "Plan Desarme" implementado en las tres ciudades principales de Colombia –al cual se ha atribuido una parte de la reciente caída de los homicidios en Cali- y la restricción a la venta y la propiedad de armas de fuego en Venezuela, que estuvo acompañada con un período de amnistía de entrega de armas no registradas.
Las iniciativas de amnistía son innovadoras en su intento de dar un enfoque "blando" al control de armas. Sin embargo, su eficacia es discutible. En Venezuela la prohibición de armas ha fracasado en revertir la tendencia de una tasa de homicidios en aumento. Brasil continúa sufriendo de un altísimo porcentaje de muertes por armas de fuego y, así como en Ciudad de México, la cantidad de homicidios se ha mantenido bastante estable; incluso aumentó ligeramente durante el programa, aunque un estudio indicó que ayudó a reducir la violencia en el estado de São Paulo.
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En terminos generales, las políticas de control de armas estrictas en Latinoamérica no han logrado reducir la violencia relacionada con las armas. La solidez institucional, la implementación de estas estrategias por parte de la policía, el tipo de crimen que se busca enfrentar -ya sea común u organizado- y la disponibilidad de armas en el mercado negro, son factores clave que los programas de amnistía no logran abordar.