Un nuevo video ofrece una mirada al interior de las operaciones de los grupos dedicados al microtráfico en la mayor universidad de México, una señal de que la falta de control de las fuerzas de seguridad sobre los grupos criminales ha permeado la principal institución académica del país.
El video, filmado por el periodista mexicano Humberto Padgett para Grupo Imagen, parece mostrar la venta de estupefacientes sin reparos frente a la escuela de ingeniería en el campus principal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyo inmenso complejo alberga a casi 350.000 estudiantes y a más de 30.000 empleados por año académico.
En el video, al menos dos grupos de microtraficantes parecen estar vendiendo drogas a Padgett sin preocupaciones o dificultades. Padgett pudo comprarles marihuana, basuco, cocaína en polvo, heroína y LSD, y el grupo añadió que no había "nada que no pudiera comprar" (ver el video abajo).
Pero una persona descubrió que Padgett estaba filmando la transacción con una minicámara cuando compraba drogas a uno de los grupos.
"¿Está grabando con su celular?", pregunta uno de los vendedores.
Padgett niega varias veces la acusación, afirmando que no está grabando. Entonces, los presuntos expendedores sacan tres pistolas y proceden a amenazar y agredirlo físicamente.
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"¿Qué es lo que más quiere, su trabajo o su vida?", se burlan de él.
Después de que se conociera el video en la red y de la amplia difusión sobre el hecho en diferentes medios informativos mexicanos, la UNAM denunció los ataques contra Padgett en un comunicado e interpuso una denuncia en la Procuraduría General de la República (PGR).
En un comunicado, la UNAM alega que esas personas no "tienen relación" con la universidad y que ya se han denunciado "en numerosas ocasiones" a las autoridades competentes. La universidad añadió que "seguirá promoviendo las medidas necesarias para combatir la venta de sustancias ilegales en espacios universitarios".
Análisis de InSight Crime
Este nuevo video parece demostrar una vez más la incapacidad de las fuerzas de seguridad, sean federales o de la policía del campus, de controlar los grupos del crimen organizado en México.
La UNAM y otras grandes universidades no son, por supuesto, ajenas al microtráfico. En junio de este año, 13 presuntos microtraficantes fueron arrestados en el campus de la UNAM en posesión de varios narcóticos, principalmente cocaína y marihuana. Y poco después de eso se descubrió que en el campus operaba una red de por lo menos 20 personas vinculadas al cartel Tláhuac, grupo dedicado al narcotráfico, la extorsión, el secuestro y el homicidio en Ciudad de México y sus alrededores. La red supuestamente vendía marihuana, cocaína, metanfetaminas, LSD y hachís, lo que le reportaba ganancias superiores a los 100.000 pesos mexicanos (más de US$5.600) diarios.
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Sin embargo, las autoridades se han visto en problemas para limitar las actividades del grupo, pese al hecho de que se las ha asociado a actividades criminales violentas y sofisticadas. El personal de seguridad del campus ha realizado dos operativos para intentar capturar a los jefes de la banda, pero no han tenido éxito, pues estas personas presuntamente usan a otros estudiantes como "escudos" para salir del campus, usando motocicletas pequeñas (scooters) para desaparecer en las congestionadas calles de Ciudad de México.
La incapacidad de expulsar a los microtraficantes del campus de la UNAM refleja una lucha más generalizada en Ciudad de México para lidiar con esos grupos del crimen. En el pasado, los funcionarios se han resistido a admitir la presencia del crimen organizado en Ciudad de México pese a la evidencia que indica lo contrario, y parecen carecer de una estrategia para enfrentar sus operaciones cada vez más desvergonzadas.