El expresidente brasileño ha sido detenido para ser interrogado como parte de la pesquisa en curso por el escándalo de corrupción en Petrobras que está arrasando el país.
La Policía Federal allanó la residencia del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva —a quien en el país se conoce popularmente como "Lula"— el 4 de marzo, y llevó detenido al exmandatario para su interrogatorio, informó la BBC. La orden de cateo notificada a la residencia del exmandatario fue una de las más de treinta expedidas en forma simultánea por las autoridades federales en todo el país por las investigaciones de sobornos y lavado de activos derivadas del masivo Escándalo de Petrobras. Las oficinas en São Paulo de la fundación de Lula también fueron allanadas.
Si bien fue detenido, Lula no fue arrestado ni acusado de algún delito, y después del interrogatorio fue liberado. Sin embargo, las autoridades señalan que la investigación no está cerrada.
Oficiales de la policía afirman tener evidencia que conecta a Lula con el esquema de corrupción de Petrobras, alegando que el expresidente recibió pagos en efectivo y otros beneficios ilícitos de la petrolera estatal, Petróleo Brasileiro S.A. En términos más generales, la averiguación sobre Petrobras tiene que ver con la investigación de la posible financiación ilegal de las campañas políticas y otros gastos del gobernante Partido de los Trabajadores.
Lula, quien fungió como presidente entre 2003 y 2011, es una de las figuras políticas más influyentes en Brasil. Se le atribuye el haber liderado un proyecto que trajo crecimiento económico y reducciones importantes en la inequidad.
Análisis de InSight Crime
La combustión lenta del escándalo de Petrobras ha enredado a docenas de miembros de la élite política y económica en todo Brasil, debido a las investigaciones por corrupción en la cúpula que ya se extienden por dos años. La primera captura conectada con el caso, del exdirector de Petrobras Paulo Roberto Costa, se hizo en marzo de 2014.
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Aunque varios políticos y destacadas figuras del mundo de los negocios han sido arrestadas o se han visto implicadas de otro modo en el escándalo de Petrobras, Lula de Silva es de lejos la figura política de más alto perfil implicada hasta la fecha. Este nuevo avance es lo más cerca que ha llegado la investigación a la cima del poder en el Partido de los Trabajadores, incluyendo a la actual presidenta Dilma Rousseff.
Hasta el momento, Rousseff ha logrado escapar a cualquier implicación directa en el escándalo, pese a haber sido la presidenta de Petrobras entre 2003 y 2010, el periodo en que los investigadores señalan que se perpetró la mayor parte de los presuntos delitos. Ella ha negado cualquier implicación. Rousseff sucedió a Lula de Silva en 2011 y fue reelegida por un estrecho margen para un segundo periodo en 2014.
El empeoramiento de las condiciones económicas y el descontento creciente con la administración de Rousseff no traen buenos presagios para la actual presidenta, quien ha debido sortear múltiples requerimientos de impugnación en los últimos meses.
La actual dinámica de Brasil está empezando a repetir los acontecimientos que se ocurrieron en Guatemala en la primavera de 2015, pues la investigación por el fraude de aduanas fue ascendiendo lentamente la escalera política. Lo que comenzó como una investigación a funcionarios aduaneros de mediano rango rápidamente se extendió, atrapando eventualmente a la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti y por último haciendo caer al entonces presidente Otto Pérez Molina.