Las autoridades están investigando las denuncias de los familiares de los prisioneros en Chihuahua, México, que se han visto obligados a pagar cuotas de extorsión con el fin de obtener derechos de visita; resaltando la corrupción rampante en las cárceles del país.
Los familiares de los prisioneros en el Centro de Readaptación Social (Cereso) estatal 3 en Juárez han dicho que tienen que pagar hasta US$150 al mes por el derecho a visitar a sus familiares presos, y para evitar que el reo sea sometido a castigos; incluyendo actividad física extenuante, golpes y confinamiento solitario, informó El Diario de Juárez.
También afirmaron que los guardias de la prisión organizan "fiestas" en las que los presos se ven obligados a pagar US$37 para ver bailar mujeres desnudas, algunas de los cuales son prisioneras mismas (incluyendo un plato de carne y dos cervezas). Si no pueden pagar dentro de dos días, se agregan otros US$23 de interés; los que toman más tiempo en pagar reciben más castigos.
Jorge Chairez Daniel, portavoz del sistema penitenciario del estado, dijo que no ha recibido ninguna queja formal, pero reconoció la dificultad de controlar los 500 guardias que trabajaban en la instalación. La Fiscalía General de Juárez comenzará las investigaciones sobre las denuncias, informó El Diario de Juárez.
Análisis de InSight Crime
El caso revela la terrible naturaleza de las cárceles de México, y la corrupción que permite que estas malas condiciones florezcan. El sistema penitenciario severamente sobrepoblado del país está plagado de abusos, como la negación del derecho a un juicio justo, los casos de torturas y palizas, y la incapacidad o el deseo de evitar levantamientos violentos. Los guardias también fueron acusados de participar en una importante fuga de prisión de los Zetas en Nuevo León en 2012, uno de los muchos casos de corrupción y conspiración.
VEA TAMBIÉN: Cobertura de Prisiones
Aunque las violaciones de Derechos Humanos son muy comunes, el caso de Cereso es interesante porque involucra la extorsión por parte de los guardias de la prisión y la focalización de los miembros de la familia. La extorsión es una palabra comúnmente asociada a las prisiones de Latinoamérica en general, pero son los presos quienes normalmente están involucrados con esta actividad. Reclusos poderosos que dirigen efectivamente las cárceles en México, Venezuela y Honduras obligan a sus compañeros de prisión a pagar impuestos a cambio de una serie de servicios. Los presos de la región también manejan esquemas de extorsión fuera de las cárceles, utilizando teléfonos móviles a tarifas fijas con la ayuda de cómplices en el exterior.