Al parcer Perú es hogar de al menos 60 grupos criminales que extorsionan a la industria de la construcción bajo la fachada de sindicatos, lo que indica el desarrollo y la expansión del crimen organizado local.
Según Mario Huamán, secretario general de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP), casi el 80 por ciento de los 72 sindicatos paralelos de supuestos trabajadores de la construcción, son fachadas para los grupos que se dedican a la extorsión, informó La República.
Normalmente los grupos exigen el pago de cuotas de extorsión a las empresas y trabajadores del sector para que las obras continúen sin obstáculos, a menudo con amenazas de muerte. Según la División de Protección de Obras Civiles (DIPROC) de Perú, las tasas de extorsión pueden variar entre el dos y cinco por ciento de los costos totales de la obra, generando a los grupos criminales ganancias mensuales de hasta US$17.000 por obra.
El ministro del Interior del país, Daniel Urresti, señaló que para hacer frente a este problema, agentes de la policía se habían infiltrado en los sindicatos para determinar cuáles de ellos se dedicaban a la extorsión, informó Prensa Latina. Esto facilitó la reciente captura del líder y otros miembros de "La Gran Familia Chinchana", una organización criminal que opera en la ciudad de Chincha, en el sur del país.
El jefe de la DIPROC, José Saavedra Ballón, señaló que entre 2010 y el 14 de julio de 2014, la institución desmanteló 121 grupos que extorsionaban a la industria de la construcción.
Análisis de InSight Crime
La cantidad de grupos criminales que extorsionan al sector de la construcción en Perú, y las tácticas aparentemente sofisticadas de algunos de ellos, son una muestra de la evolución del crimen organizado local. En marzo, el presidente de la Confederación Nacional de Comerciantes (Conaco) del país, señaló que sólo en Lima, la capital del país, operaban 100 bandas de extorsión, y que en 2014 más de 500 empresas habían sido extorsionadas a nivel nacional.
El general César Cortijo, jefe de la Dirección de Investigación Criminal del Perú (DIRINCRI), dijo a InSight Crime el año pasado que el aumento de la extorsión -en especial al sector de la construcción- era uno de los más graves problemas de orden público en el país.
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“La Gran Familia”, uno de los grupos de crimen organizado más importantes del Perú, se dedicaba principalmente a la extorsión -en especial a la industria de la construcción- y al sicariato. A pesar de que en el pasado se ha intentado disolver al grupo, parece que restos de él permanecen activos.
La creciente sofisticación de estos grupos criminales locales representa un desafío para la policía, cuyo trabajo se dificulta por la participación en actividades ilegales de funcionarios corruptos de todos los rangos. En 2013, un jefe de policía fue arrestado en el norte del Perú por colaborar con El Nuevo Clan del Norte, que se cree que ha tomado gran parte de las operaciones de extorsión de La Gran Familia.
También existe el riesgo de que estos grupos se involucren en el narcotráfico, con Perú siendo actualmente el principal productor de cocaína en el mundo. Si lo hacen, podrían dar el salto al crimen organizado transnacional, aliándose con sindicatos criminales de Colombia o México.