La policía de Perú ha informado que las incautaciones de dólares falsos en 2014 fueron dos veces mayores que las del año anterior, lo que quizá sea impulsado por la demanda de dólares falsos en países económicamente inestables como Venezuela y Argentina.
Según El Comercio, la División de Estafas de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de Perú incautó casi US$18 millones falsos en 2014, en comparación con US$9 millones el año anterior. Esto lo atribuyen a una mayor cooperación con el Servicio Secreto de Estados Unidos (que abrió una oficina en Lima en 2012), así como a las enormes demandas de moneda estadounidense en algunas partes de Latinoamérica.
“El aumento de incautaciones puede obedecer a una mayor cantidad de actos delincuenciales y no a la eficiencia de la policía”, dijo un experto a El Comercio.
Sin embargo, la policía desarticuló un récord de cinco grupos de falsificadores en 2014, según una conferencia de prensa otorgada por el ministro del Interior Daniel Urresti el 2 de diciembre pasado. El último arresto se produjo en noviembre de 2014, cuando la policía incautó US$3,7 millones en dinero falso. Los grupos criminales envían dinero falso a Venezuela, Argentina y Estados Unidos mediante “mulas”, personas que llevan billetes falsos mezclado entre dinero real, bien sea que lo carguen ellas mismas o lo lleven en su equipaje.
Un policía de la Dirincri le dijo InSight Crime que los falsificadores peruanos tienen un enorme mercado en Venezuela, donde el ansia por tener dólares y la presencia de un inmenso mercado negro les ofrece una bonanza.
Análisis de InSight Crime
Al parecer, Perú se ha convertido en el mayor productor de dólares falsos en el mundo. Un investigador estadounidense le dijo a Global Post que el 17 por ciento de los dólares falsos en Estados Unidos proviene de Perú. Y esto no se limita solo a los dólares: los falsificadores peruanos también falsifican euros y la moneda local, nuevos soles.
Los falsificadores peruanos son altamente calificados y tienden a utilizar impresoras offset y otras técnicas más sofisticadas, a diferencia de los falsificadores en Estados Unidos, que utilizan sobre todo fotocopiadoras.
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Sin embargo, la región que está favoreciendo a los falsificadores peruanos es Latinoamérica, donde el ansia por dólares estadounidenses en países como Venezuela y Argentina es causado por prolongadas crisis financieras y estrictos controles en el cambio de moneda extranjera.
Los mercados negros no solo ofrecen asombrosas tasas para el cambio de dólares —en Venezuela, un dólar estadounidense podía valer hasta 173,8 bolívares a mediados de enero de 2015, en comparación con la tasa oficial, que es de solo 6.3—; la misma naturaleza clandestina de esos mercados facilita que las falsificaciones entren en circulación.