El subsecretario de Estado de Estados Unidos William Brownfield dijo que el asesinato de una fiscal en Trinidad y Tobago fue orquestado por una organización transnacional de drogas, lo que apunta a la presencia del crimen organizado de alto nivel en la nación caribeña.
Hablando a través de una teleconferencia desde Washington DC, el 24 de junio, Brownfield dijo a los medios de comunicación del Caribe que el asesinato de la ex fiscal especial Dana Seetahal fue un "golpe bien planificado y orquestado" por una "organización criminal internacional" con presencia en Trinidad y Tobago, informó Caribbean 360.
"Esta fue una operación cuidadosamente planeada", dijo Brownfield, quien es el responsable de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos. "Y sólo hay un tipo de entidad que contrata asesinatos con este tipo de grado de impacto y ese es el crimen organizado."
Brownfield también señaló la relación entre el aumento en el uso de la región del Caribe como un punto de tránsito para las drogas hacia Estados Unidos, y el incremento en los asesinatos y violencia en la región, incluyendo a Trinidad y Tobago, informó Jamaica Observer.
Seetahal, quien había trabajado previamente con las autoridades estadounidenses, fue asesinada a tiros en su automóvil el 4 de mayo en la capital del país, Puerto España. Nadie ha sido acusado por su asesinato.
Análisis de InSight Crime
Brownfield ha advertido que las rutas de tráfico de drogas se están desplazando desde Centroamérica hacia el Caribe, en respuesta a los crecientes esfuerzos de interdicción en el istmo. Según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), la cantidad de cocaína, con destino a Estados Unidos, que es traficada a través del Caribe se ha más que triplicado en los últimos cinco años, y Trinidad y Tobago se ha convertido en un popular punto de transbordo.
Un estudio mundial sobre el homicidio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en el 2011 (pdf) encontró que los cambios en el comercio de drogas han contribuido al aumento en las tasas de homicidio en el Caribe.
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En Trinidad y Tobago la tasa de homicidios se incrementó casi un 400 por ciento entre 2000 y 2010. El número de pandillas actualmente supera las 100 en un país con menos de 1,3 millones de habitantes, y un aumento en la violencia ha llevado a las autoridades del gobierno a anunciar que las fuerzas de seguridad recibirían armas adicionales y entrenamiento policial internacional para combatir el crimen.
Si las afirmaciones de Brownfield son verdaderas, el asesinato de Seetahal podría indicar el creciente poder de los grupos criminales que operan en Trinidad y Tobago. Otros países latinoamericanos, como México, han visto a los grupos criminales dirigir sus ataques contra funcionarios del Estado, a medida que se vuelven cada vez más sofisticados y osados.