La Fiscalía General de Colombia está investigando más de 3.000 casos que involucraron el falso testimonio de los testigos; un fenómeno que perjudica aún más la credibilidad del sistema judicial del país.
La directora nacional de la Policía Judicial de la Fiscalía, dijo que de estos 3.000 casos, 160 están relacionados con investigaciones que involucran a funcionarios electos, informó El País.
Según los informes, muchas de estas investigaciones sobre falsos testigos también involucran a personas que se desmovilizaron de grupos armados - como el extinto grupo paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)- que pueden haber recibido beneficios como la reducción de sus penas de prisión a cambio de proporcionar testimonios sobre otros crímenes.
Un estudio publicado a principios de este año por el abogado colombiano Gustavo Moreno Rivera -en colaboración con la agencia gubernamental que apoya la investigación académica, conocida como Colciencias- también postula que actualmente hay por lo menos 3.000 casos en el sistema de justicia colombiano que involucran el falso testimonio de los testigos, informó El Espectador.
Uno de los casos de más alto perfil que involucraron falsos testimonios es el de Sigifredo López Tobón, un político que fue el único que sobrevivió al secuestro y asesinato masivo de otros 11 miembros de una asamblea provincial. Fue acusado de jugar un papel en la coordinación del secuestro, pero tres personas han sido detenidas hasta el momento por mentir bajo juramento acerca de la participación de López.
En otro caso, un hombre que ha testificado que el hermano del expresidente Álvaro Uribe participó en la actividad paramilitar ha sido acusado de participar en un homicidio ocurrido en 1994. Hace poco dijo que los cargos en su contra estaban basaron en falsos testimonios.
Análisis de InSight Crime
El hecho de que la Fiscalía General de la República de Colombia sea consciente de que tiene un problema mayor en sus manos –y de que está tomando los primeros pasos necesarios para entender mejor el alcance del problema- es un progreso que es bienvenido.
Sin embargo, esto es un recordatorio de que los beneficios ofrecidos a aquellos que se han desmovilizado de los grupos armados también les da el incentivo para intencionalmente dar falsos testimonios, implicando a otras personas. Claramente, el sistema judicial de Colombia aún no ha encontrado una manera de esquivar este problema.
También es un recordatorio de que los casos que ocurren durante la guerra son difíciles, si no imposibles, de resolver. La evidencia es escasa o vieja. Los testigos son poco confiables pero son casi que la única manera de construir los casos. Los resultados, como es evidente, pueden ser caóticos.