Varios gobiernos de Latinoamérica han anunciado la implementación de nuevas medidas de seguridad como respuesta a la fuga del capo mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán, lo cual indica el extenso alcance del Cartel de Sinaloa en la región.
El 11 de julio de 2015, El Chapo escapó de una prisión federal por segunda vez en su vida criminal. Su recaptura en 2014 fue mostrada como un gran logro de las autoridades mexicanas, lo cual ha hecho de su fuga una situación mucho más vergonzosa.
Desde la fuga de El Chapo, el gobierno mexicano duplicó la recompensa por su captura, despidió al jefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal y prometió identificar a los agentes de la prisión implicados en el caso. Por su parte, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) emitió una circular roja para la captura del jefe del Cartel de Sinaloa.
Dada la amplia capacidad operativa del Cartel de Sinaloa en el tráfico internacional de drogas, incluyendo su presencia en Australia y Asia, otros países latinoamericanos reaccionaron fuertemente a la fuga de El Chapo. Las autoridades guatemaltecas anunciaron que reforzarán la seguridad en las fronteras para asegurarse de que El Chapo no se refugie en su país. Honduras se comprometió a aumentar la intensidad del monitoreo a los vuelos privados que pasan por su espacio aéreo, y la policía de El Salvador señaló que aumentará la vigilancia en las fronteras y los puntos de entrada.
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Algunos países suramericanos han tomado medidas similares. Ricardo Restrepo Londoño, jefe de la Dirección Antinarcóticos de la Policía de Colombia, les dijo a los medios locales que las autoridades están monitoreando un posible aumento en las actividades realizadas entre los narcos mexicanos y colombianos. Por otra parte, la Fiscalía General de Ecuador abrió investigaciones a tres compañías vinculadas al Cartel de Sinaloa incluidas en la lista de empresas usadas para el lavado de dinero del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Análisis de InSight Crime
El Chapo y el Cartel de Sinaloa cuentan con una amplia red de contactos y recursos por fuera de México, lo que significa que existe la posibilidad de que el capo esté fuera del país. Antes de ser capturado por primera vez, El Chapo había escapado a Guatemala, donde fue capturado y extraditado a México en 1993.
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Sin embargo, quedarse en México también le podría dar una gran ventaja a El Chapo, pues allí, en el lugar que fue su cuartel principal durante tanto tiempo, tiene más posibilidades de corromper a las autoridades locales.
Sin duda alguna, los países latinoamericanos están más que al tanto de la bochornosa situación que la fuga de El Chapo creó en México y no quieren arriesgarse a cualquier hecho que pueda tomarlos por sorpresa. Sin embargo, si bien es cierto que la persecusión de los peces gordos acapara los titulares, existen otras maneras en las que las agencias de seguridad de la región pueden tomar acciones más efectivas contra El Chapo, como desmantelar las redes criminales locales vinculadas al Cartel de Sinaloa.