Según los informes, en sólo tres meses los grupos que operan con ganado han transportado ilegalmente 22.000 cabezas de ganado desde el oriente de Nicaragua hasta Honduras, destacando el tamaño de un comercio que presuntamente depende de funcionarios corruptos y de grandes terratenientes.
Según la policía de la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS) de Nicaragua, los intermediarios -entre ellos ciudadanos de El Salvador y México- son enviados a diferentes ciudades de esta región para que compren legalmente ganado a los agricultores nicaragüenses, informó La Prensa. Estos extranjeros ofrecen un precio mejor que el que ofrecen los mercados locales, señalaron algunos agricultores, quienes negaron tener conocimiento previo sobre la intención de los compradores de traficar el ganado.
Los intermediarios reciben una comisión de alrededor de US$115 por cada cabeza de ganado, y producen documentos de venta y formularios de autorización de transferencia falsos que indican que los animales serán enviados a una ubicación dentro de Nicaragua.
Según fuentes vinculadas a los ganaderos, el lugar que aparece en estos documentos es un rancho propiedad de una reconocida empleada del sector público de Somotillo, en el departamento de Chinandega, en la frontera con Honduras, aunque, como señaló La Prensa, es posible que otros terratenientes también estén involucrados en este comercio.
Una vez el ganado se lleva a través del país hasta Somotillo (vea el mapa de La Prensa), es entregado a otros miembros de la red en cruces fronterizos ilegales para que lo lleven a Honduras.
Análisis de InSight Crime
Si bien la colaboración oficial es un tema común en el comercio ilegal de ganado, el caso actual se destaca porque incluso la primera etapa del proceso -la adquisición del ganado- ocurre con una fachada de legalidad, en lugar de ser robado. Nación, un diario de Costa Rica, indicó que en algunos casos esto podría estar relacionado con la sequía que actualmente afecta a Nicaragua. También hay informes de que unas 300 cabezas de ganado nicaragüenses ingresan de contrabando a Costa Rica cada semana, con el comercio siendo impulsado por la disposición que tienen los agricultores de escasos recursos para vender su ganado a bajo precio.
La presunta participación de los terratenientes y los funcionarios nicaragüenses es quizás inevitable dadas las dificultades logísticas presentadas por el contrabando de animales grandes. Los traficantes son propensos a necesitar de la colaboración oficial para falsificar documentos, albergar a los animales y ayudar a "legalizar" el transporte transfronterizo.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles de Nicaragua
El robo de ganado en Latinoamérica es un fenómeno que se remonta a muchos años atrás y que parece estar creciendo en escala. El año pasado, Aminta Granera, la directoria de la Policía Nacional de Nicaragua, señaló que durante el primer semestre de 2013 se habían desmantelado más de 100 grupos dedicados al robo de ganado.
A menudo el crimen está relacionando con pequeñas bandas, aunque también puede involucrar a grandes grupos transnacionales. Este es un comercio que requiere de muchas de las mismas herramientas utilizadas por el tráfico de drogas, incluyendo los vínculos con empresas de alto nivel y las conexiones con el gobierno, así como la infraestructura de transporte y las grandes instalaciones de almacenamiento. Los Cachiros, un importante grupo de transporte de drogas de Honduras, comenzó su carrera criminal en este comercio.