La Gendarmería de México comenzará a operar como una fuerza dedicada a la protección de las industrias amenazadas por el crimen organizado. Los planes representan una significativa reducción en el tamaño y en las funciones previstas inicialmente para el cuerpo.
Según el comisionado de Seguridad Nacional de México, Monte Alejandro Rubido, la Gendarmería Nacional comenzará a operar este mes con 5.000 miembros, y hay planes de duplicar esta cifra en el futuro, informó EFE.
La nueva fuerza será la responsable de la protección de "las cadenas de producción" de cultivos como limas en el estado de Michoacán y tomates en el estado de Sinaloa, mediante la supervisión de la recolección, el transporte y los procesos de venta. Los gendarmes también prestarán apoyo en las regiones mineras, informó Prensa Latina.
El comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, dijo a EFE que la decisión era parte de un "cambio de paradigma", con el que se busca proporcionar seguridad a un sector que hasta el momento no ha recibido protección adecuada contra el crimen organizado.
Según las autoridades, los primeros miembros de la nueva fuerza fueron elegidos entre más de 100.000 candidatos según sus resultados en rigurosas pruebas.
Análisis de InSight Crime
Desde su campaña en las elecciones de 2012, el presidente Enrique Peña Nieto hizo de la creación de la Gendarmería un elemento clave de su política de seguridad. Los planes originales eran de una fuerza de 40.000 efectivos que llevarían a cabo diversas funciones, principalmente en las zonas rurales. Más recientemente, el cuerpo fue descrito como una especie de "súper policía" con responsabilidades itinerantes, dependiendo de las necesidades de seguridad en un momento dado.
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Sin embargo, las dudas han acechado la propuesta desde el principio. ¿Qué entidad estatal financiaría y suministraría a los soldados de una fuerza creada como una iniciativa civil y militar conjunta? ¿Por qué crear una nueva fuerza cuando se cuenta con una policía nacional grande y con militares que se ocupan de los asuntos de seguridad ciudadana?
La propuesta actual representa una drástica reducción de la Gendarmería, tanto en su tamaño como en sus funciones. Y el triunfo de seguridad que Peña Nieto –cuyas políticas de seguridad no le han dado popularidad entre el pueblo mexicano- podría haber esperado cuando lanzó la idea durante la campaña, parece haberse topado con una realidad política: el gobierno no puede darse el lujo de tener otra fuerza de seguridad nacional de gran tamaño que compita con la policía y con los militares.
Haber revisado las funciones de la fuerza también sugiere que el gobierno está reaccionando a las evoluciones recientes de seguridad y del crimen organizado, y en particular, al surgimiento de movimientos de autodefensa. La extorsión a los agricultores de lima y aguacate, y a la minería por parte de los Caballeros Templarios en Michoacán, fueron algunos de los principales factores que estimularon el surgimiento de las milicias de autodefensa, lo que sugiere que el gobierno ahora podría estar utilizando a la Gendarmería para abordar las causas fundamentales de ese movimiento -o al menos con el fin de ganar algo de capital político- en un intento por disuadir la formación de más de estos grupos que han desafiado la autoridad del Estado.