El gobernador del estado mexicano de Guerrero está requiriendo nuevamente que se legalice la amapola de opio, o adormidera, de la que se deriva la heroína, como remedio para la extrema inseguridad —una solución que ignora los factores que subyacen a los motores que acrecientan la violencia.
El gobernador de Guerrero Héctor Astudillo ha propuesto la legalización de la amapola para fines medicinales —repitiendo las declaraciones que hizo en marzo pasado— como alternativa para reducir la violencia que padece el estado, informó Animal Político.
"Hay que buscar otros caminos que permitan tener menos tensión, menos conflictos y menos violencia", declaró Astudillo.
Antonio Mazzitelli, delegado en México de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), señaló por su parte que Guerrero enfrentaría muchas dificultades en su intento de legalizar la amapola. Esto incluye la resistencia de los grupos del crimen organizado que se benefician del cultivo ilícito de la planta, así como la ubicación remota de muchas zonas productoras de amapola, que dificulta el acceso, informó Animal Político.
"Hay que buscar soluciones estructurales en Guerrero para salir del círculo vicioso de la violencia, la falta de desarrollo y de la insuficiente presencia del estado, que obliga a los campesinos a trabajar el único producto que pueden vender en donde no hay mercado, y que los hace víctimas de grupos criminales", observó Mazzitelli.
En Guerrero, hay unas 10.000 a 12.000 hectáreas aproximadamente usadas para la siembra de amapola, según Animal Político, aunque es difícil saber con exactitud los números precisos.
Análisis de Insight Crime
El negocio de la droga y la competencia entre grupos criminales ha ayudado a transformar a Guerrero en uno de los estados más violentos de México. Las batallas por el control del cultivo de amapola sin duda han sido un factor que ha contribuido a esto, por el uso de la planta como ingrediente básico para la elaboración de heroína.
Pese a ello, la estrategia del gobernador Astudillo para reducir la violencia legalizando la amapola con fines medicinales, aunque pueda parecer tentadora como solución apresurada, adolece de estrechez de miras. Esto es, distrae de las mejoras estructurales, a largo plazo, que Guerrero necesita, pero que son mucho más difíciles de implementar. Esto incluye las ideas planteadas por Mazzitelli, el delegado de la ONUDD, como la ampliación de oportunidades económicas y de desarrollo, así como mayor presencia del estado en las regiones distantes.
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Por ejemplo, un reciente informe mostraba que cuando el cultivo de café se redujo en Guerrero, muchos agricultores pasaron al cultivo de amapola por simple necesidad económica. Cálculos anteriores han señalado que más de 1.000 comunidades en Guerrero dependen económicamente de la producción de amapola.
Hasta que el gobierno pueda expulsar a los grupos criminales que operan impunemente en esas regiones, y brindar alternativas económicas para sus habitantes, es posible que la violencia en Guerrero continúe, se legalice o no la amapola con fines medicinales.