A medida que continúa el debate sobre la afirmación del presidente de México, de que sus políticas de seguridad están detrás de la disminución de la violencia, las estadísticas que muestran un rápido crecimiento en el número de secuestros sirven como recordatorio de la precaria situación de seguridad del país.
En una reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el presidente Enrique Peña Nieto dijo que los homicidios relacionados con los delitos federales -a menudo tomados como un indicador de los homicidios relacionados con el crimen organizado- habían caído un 20 por ciento desde que asumió el cargo en diciembre del año pasado; registrándo las mayores caídas en las ciudades más violentas. También destacó la captura de 62 de los 122 criminales "más peligrosos", durante ese período de tiempo, informó El Universal.
El presidente atribuyó este éxito a sus políticas de seguridad, las cuales dijo que habían favorecido las labores de inteligencia sobre las operaciones violentas, informó Milenio.
No obstante, las cifras de secuestro, que van desde enero a julio de 2013, muestran que a pesar de llegar a niveles récord el año pasado, los secuestros siguen aumentando fuertemente, con 911 registrados en los primeros siete meses de 2013, frente a 720 en el período correspondiente del año pasado, informó la agencia de noticias Agencia Proceso.
Análisis de InSight Crime
Peña Nieto debería ser cauteloso al tomar crédito por los aparentes logros en la seguridad -si la tasa de homicidios comienza a aumentar de nuevo, él no tendrá otra salida que asumir la responsabilidad de cualquier disminución en la seguridad-.
Las afirmaciones del presidente, de que la violencia está disminuyendo, también deberían abordarse con precaución. La práctica de utilizar los homicidios relacionados con los delitos federales para ilustrar los niveles de violencia, ha sido criticada por los grupos de la sociedad civil, y bajo la nueva administración, continúan las dudas sobre las cifras del crimen.
Sin embargo, no cabe duda de que el secuestro va en aumento; todas las cifras de una variedad de fuentes muestran números récord que siguen subiendo vertiginosamente.
Lo más probable es que el aumento de los secuestros se deba a dos evoluciones importantes en el panorama criminal de México: concretamente la diversificación de las organizaciones criminales en actividades fuera del tráfico de drogas, incluyendo el contrabando y el tráfico de personas, y la fragmentación de los grupos criminales.
A medida que los carteles centralizados de alcance nacional se han fragmentado en medio de guerras entre sí y contra el Estado, las organizaciones criminales se han fracturado en grupos focalizados a un nivel más local que se financian con el microtráfico, la extorsión de las pequeñas empresas y los secuestros extorsivos.