El nuevo gobierno de Venezuela ha aumentado el enfoque en seguridad mediante la creación de una unidad especial anti homicidios y la movilización de miles de soldados en las calles, en recientes intentos de hacer frente a los niveles de crímenes violentos en el país.
"Hemos creado un cuerpo especial para la búsqueda y captura de los ciudadanos que están involucrados en el delito de homicidio", anunció Miguel Rodríguez, Ministro del Interior y Justicia, sin dar detalles sobre el número de agentes que integrarían la nueva unidad de la policía o cómo funcionaría, informó EFE.
Mientras tanto, alrededor de 3.000 miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela fueron desplegados el lunes en las calles del estado Miranda, donde se encuentra Caracas, a medida que el gobierno pone en práctica su plan, anunciado con anterioridad, de utilizar a los militares para combatir la delincuencia.
"Sacamos a la Fuerza Armada a la calle porque es una necesidad y se va a mantener en la calle el tiempo que necesitemos para estabilizar la seguridad", dijo el presidente Nicolás Maduro, según informó AFP.
Análisis de InSight Crime
Al menos 19 planes diferentes de seguridad se llevaron a cabo durante el mandato de 14 años de Hugo Chávez, y ninguno de ellos fue exitoso. Las tasas de homicidios se duplicaron o triplicaron en el mismo período, según diferentes cifras.
Está por verse aún si los planes de Maduro tienen éxito donde fallaron los de Chávez, pero hay al menos una razón para estar optimistas sobre los anuncios que se han hecho hasta ahora: las autoridades vecinas han informado una reducción sustancial de los vuelos sospechosos de narcotráfico que salen de Venezuela. Autoridades de Honduras y Estados Unidos dicen que presuntos vuelos procedentes de Venezuela hacia Honduras (la ruta más utilizada) han bajado a alrededor de tres por mes este año de aproximadamente diez detectados mensualmente el año pasado.
No obstante, hay factores clave detrás de la violencia en Venezuela que las nuevas unidades de policía y soldados en las calles no abordarán, como una gran cantidad de armas y una legislación laxa con respecto a estas, y un sistema judicial débil y politizado. Más aún, la corrupción endémica dentro de las propias fuerzas de seguridad es un importante motor de la violencia y la criminalidad.