Grabaciones divulgadas recientemente arrojan luz sobre una red de tráfico de armas al interior del ejército de Colombia, la cual vendió cientos de armas a bandas criminales.
Las grabaciones, obtenidas por la revista Semana, involucran a dos soldados encargados del arsenal de armas en un batallón del ejército en la ciudad de Pereira. Los soldados negociaban la venta de armas con criminales, discutiendo su precio, la forma de entrega y la manera de borrar cualquier rastro.
En una de las grabaciones, uno de los soldados discute un negocio con un hombre conocido como “Sebastián”, miembro de una facción local de Los Urabeños, la red criminal más poderosa de Colombia. Los hombres hablan de que el historial criminal de otro miembro del grupo le impediría adquirir un permiso del ejército para portar armas.
“Dígale que los antecedentes son por drogas, nada más” dice Sebastián. “Ok, está bien, hay antecedentes con los que se puede, pero hay otros más graves como homicidio, que no se puede”, responde el soldado. Tranquilizado, Sebastián dice “Ok, ya le digo cuánto vale, qué armas están dando y lo llamo y le aviso”.
En otro punto de la conversación, el soldado le pregunta a Sebastián qué arma le gusta; “una que sea bonita”, responde Sebastián. “Que sean pequeños, que no sean grandes”,
En otra grabación, uno de los soldados, por miedo a ser descubierto, intenta sobornar a un colega para alterar los registros de las armas perdidas.
"Deme un valor [el que usted quiera] y yo le consigno esa plata”, dice. “Yo le garantizo que esas armas no están en sistema, no va a haber ningún problema”, agrega.
Según Semana, se sospecha que los dos soldados vendieron 406 armas robadas, incluyendo 109 rifles, 188 revólveres, 87 pistolas, 11 escopetas y tres subametralladoras. Los hombres fueron arrestados a principios de este mes por cargos de concierto para delinquir y por tráfico y porte ilegal de armas.
Análisis de InSight Crime
El caso que se presentó en Pereira no es el primer ejemplo de una red de tráfico de armas que opera desde el interior del ejército colombiano.
El año pasado, un grupo de civiles y militares en servicio y retirados fueron acusados de vender armamento a Los Urabeños, usando transporte oficial para hacerlo. En 2013 cuatro hombres, entre los que había oficiales activos y en retiro, fueron arrestados por la venta de armas oficiales robadas a bandas en la ciudad de Cali.
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Los grupos criminales no son los únicos que se benefician de este tipo de corrupción en Colombia. En el pasado, oficiales de la policía y el ejército han sido acusados de suministrar armas a grupos insurgentes como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que llevan décadas de lucha contra las mismas fuerzas de seguridad.