Narcotraficantes brasileños están utilizando Uruguay, sobre todo su capital portuaria, como punto de tránsito para el tráfico internacional de drogas, lo que aumenta las posibilidades de que el mercado interno crezca y con éste la presencia de grupos criminales.

Aunque Uruguay no es un país productor de drogas, narcotraficantes extranjeros aprovechan sus fronteras porosas con Argentina y Brasil para realizar operaciones logísticas y de tránsito, informó El País. 

La preocupación por la presencia del grupo criminal de Brasil Primeiro Comando Capital (PCC),  originario de São Paulo, y sus acciones en suelo uruguayo hablan del éxito de su proceso de expansión en el Cono Sur operan también en Paraguay y Bolivia, pero también señala la posibilidad de que el consumo interno en Uruguay aumente y de que los grupos criminales se sigan sintiendo atraídos por las facilidades que el país ofrece.

Según el informe del periódico El País, la policía uruguaya detectó que el PCC traficó cocaína desde el puerto de Montevideo hacia África y de ahí a Europa. 

“Uruguay es muy chico. Es fácil de controlar. El único mercado de consumo atractivo para el PCC es Montevideo, pero está lejos de la frontera. Sí, Uruguay puede ser un lugar atractivo para lavar dinero mediante la compra de campos”, señaló un funcionario judicial.

El Departamento de Estado de Estados Unidos, en su Informe de 2016 sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos (INCSR por sus iniciales en inglés) advirtió que funcionarios de Uruguay han señalado que organizaciones criminales de Colombia, México y Rusia están operando en el país. Esas fuentes dijeron que la mayor preocupación es la delincuencia organizada transnacional originaria de Brasil.

Análisis de InSight Crime

El crimen organizado no es un problema significativo de seguridad pública en Uruguay, como sí lo es en otros países de la región. Sin embargo, los uruguayos han tenido que enfrentar las consecuencias de los planes de expansión de los grupos de crimen transnacional, los cuales buscan llevar a cabo operaciones de tráfico de drogas y lavado de dinero en su territorio. Estas dinámicas, además, podrían estar generando nuevas problemas criminales o de consumo interno que aún no son lo suficientemente visibles.

El más reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), indicó que mientras en Norteamérica un 1,6 por ciento de la población consumió cocaína en el 2016, en Uruguay el porcentaje llega a 1,8 por ciento, seguido por Brasil 1,75 y Chile 1,73. Esta cifra podría significar que el incremento del tránsito de drogas ha contribuido a que se dé un aumento en el consumo. Además, el mercado del producto de base de cocaína conocido como “base de pasta” sigue siendo un grave problema en el país.

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Uruguay es parte del grupo de países de Surámerica que son más consumidores que productores, entre otras razones debido al bajo costo en la cocaína.

De la mano del crecimiento de su propio mercado, en Uruguay se podría estar incentivando el nacimiento de grupos locales y la disputa de los grupos criminales ya establecidos en el país, especialmente en Montevideo. En otras oportunidades, InSight Crime ya había informado sobre la importancia de arrestos de miembros de organizaciones criminales transnacionales que podrían estar indicando la evolución criminal en el país. El PCC se suma ahora a esta lista. 

A nivel regional, este grupo se ha convertido en un desafío para otros países, incluso hasta para Colombia. Esto no sorprende, ya que como lo ha señalado InSight Crime el PCC se ha mostrado capaz de dirigir operaciones vinculadas al tráfico de drogas hacia el extranjero, así como de manejar envíos de marihuana y cocaína con destino a el mercado nacional y regional.

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