El principal grupo guerrillero de Paraguay ha exigido que la familia de un secuestrado proporcione ayuda a las comunidades pobres a cambio de la liberación del prisionero, lo cual llama la atención sobre una de las formas que utilizan los guerrilleros para obtener el apoyo de la comunidad.

En un video reciente, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) exige que la familia del secuestrado Franz Wiebe reparta víveres por un valor de US$50.000 a cada una de las dos comunidades que la guerrilla ha indicado.

En el video, que las autoridades obtuvieron el 18 de enero, el EPP le ordena a la familia Wiebe que entregue la ayuda alimentaria, a pesar de que el grupo admitió que había secuestrado al menor por error, confundiéndolo con la persona que intentaban secuestrar inicialmente. Wiebe, que proviene de una familia de acaudalados terratenientes locales, ha estado secuestrado por el grupo guerrillero desde julio de 2016.

La familia cumplió con las exigencias de la guerrilla el 26 de enero, pero una de las dos comunidades está considerando rechazar los bienes ofrecidos como una manera de distanciarse de las acciones del EPP, informó ABC Color.

Sin embargo, el líder de la comunidad, Marcelino Velázquez, declaró que quizá los alimentos sean aceptados debido a las necesidades de la comunidad, según ABC Color. El medio de noticias afirma que Velázquez dijo que el EPP “defiende los derechos de los pobres”.

Análisis de InSight Crime

El caso del secuestro de Franz Wiebe muestra cómo el EPP intenta obtener apoyo popular presentándose a sí mismo como un Robin Hood que defiende a ciertas comunidades rurales, indígenas y pobres.

Esta no es la primera vez que el grupo guerrillero ha llevado a cabo este tipo de extorsiones. En el año 2014, el EPP liberó a otro rehén de 17 años de edad, luego de que su familia aceptara pagar el rescate, que incluyó la distribución de alimentos por un valor de US$50.000.

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Según la Agence France Presse, el grupo guerrillero ha hecho blanco de sus extorsiones a los denominados “menonitas”, un término a veces peyorativo usado para describir a las comunidades compuestas principalmente por descendientes de europeos que controlan una parte inmensa, y por lo general desproporcionada, de la industria agrícola de Paraguay.

El caso del secuestro de Wiebe ilustra de qué manera el EPP explota la frustración económica y social para mantener una base de apoyo popular en las comunidades pobres y rurales, incluso en una situación como ésta, en la que el grupo admite haber secuestrado a la persona equivocada.

El caso también permite indicar que el EPP efectivamente tiene más control que el gobierno sobre lo que ocurre en muchas zonas donde los guerrilleros han establecido su presencia.

El senador Arnoldo Wiens le dijo a ABC Color que es “lamentable” que el EPP “tenga el control de esa región, donde hace lo que quiere y le dice a la gente lo que debe hacer”.

Los casos anteriores de secuestros de menonitas han llevado a manifestaciones contra la evidente incapacidad del Estado para detener las actividades del EPP. Es probable que esta frustración continúe, dado que el gobierno parece todavía incapaz de derrotar al grupo rebelde, aunque el número de combatientes en sus filas no excede los 150.

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