Millones de galones de petróleo ilegal llegan a Guatemala desde México cada semana, como parte del altamente lucrativo comercio regional, que las autoridades están tratando de combatir.
El ministro de Interior de Guatemala, Mauricio López Bonilla, dijo que el mercado está controlado por grupos del crimen organizado que obtienen ganancias del contrabando de combustible, y se cree que lavan el dinero a través de la construcción de estaciones de servicio, informó La Hora. El ministro de Interior no especificó cuáles eran los grupos involucrados, pero expresó dudas sobre previos comentarios de que el grupo criminal mexicano de los Zetas era el responsable de gran parte de este comercio.
Según Bonilla, 65 “puntos ciegos” han sido identificados a lo largo de la frontera de más de aproximadamente 800 kilómetros (500 millas) que separa a los dos países, por la cuál transitan los bienes de contrabando, de los que se cree que “ocho o nueve” son utilizados para el transporte de combustible ilegal.
El representante de la Asociación Guatemalteca de Expendedores de Gasolina, Enrique Melendez, estima que entre 300.000 y 500.000 galones de combustible ilegal ingresan a Guatemala desde México cada día.
“Nosotros estimamos que están entre 300 a 350 mil galones diarios que están entrando de forma ilícita. En pérdidas, si usted toma 300 mil a un promedio de Q33, estamos hablando de casi Q9 o Q10 millones diarios que pueden dejarse de percibir en ingresos brutos” dijo Melendez a La Hora.
Análisis de InSight Crime
El flujo de productos de contrabando hacia Guatemala está en aumento y actualmente se estima que le cuesta al país anualmente hasta US$1,6 miles de millones al año, con la mayoría de las perdidas presentándose en bienes como el tabaco, el alcohol y la gasolina.
La idea de que los Zetas no hacen parte del tráfico ilegal de combustible entre México y Guatemala, parece ser optimista. Se sabe que los Zetas están involucrados en el hurto de combustible en México, han sido vinculados con el contrabando de combustible en otros lugares de la región, y también tienen una fuerte presencia en Guatemala -pese a que su poder en el país ha disminuido recientemente.
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El comercio de combustible de contrabando es un problema a nivel regional, impulsado en gran parte por las altas disparidades de precios entre los países vecinos. Los efectos de esto se sienten sobre todo en países que comparten fronteras con naciones productoras, como lo son México y Venezuela. Pese a tener sus propias reservas, Colombia ve significativas cantidades de combustible de contrabando circular tanto desde Venezuela como desde Ecuador, donde los gobiernos con tendencias de izquierda mantienen los precios bajos.
En Venezuela –el mayor productor de la región- el petróleo se vende más barato que el agua embotellada, incentivando al tráfico ilícito de cientos de millones de dólares en combustible, no sólo a través de fronteras terrestres, sino también marítimas, hacia el Caribe y Centroamérica.