Las autoridades de Guatemala arrestaron a un alcalde acusado del robo de más de US$1 millón en dineros de municipales, un caso representativo de cómo algunos políticos han logrado crear pequeños feudos de crimen y corrupción, que les permite aferrarse al poder durante años.
Édgar Medrano Menéndez ha sido alcalde del municipio de Chinautla en la región central de Guatemala durante los últimos 27 años. Según La Hora, a lo largo de este tiempo ha enfrentado múltiples acusaciones de corrupción, más recientemente en julio de 2015, cuando el organismo contra la impunidad avalado por las Naciones Unidas, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala —conocida como la CICIG — solicitó que enfrentara un antejuicio por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y otros delitos.
El 19 de octubre, la fiscalía de Guatemala, conocida como el Ministerio Público, dio la orden de arrestar a Medrano por acusaciones de robo al presupuesto municipal. Presuntamente hizo girar varios cheques a colaboradores suyos, quienes luego depositaron el dinero en cuentas personales de Medrano. También se lo acusa de transferir otra parte del dinero robado a dos organizaciones no gubernamentales. Estas ONG luego traspasaron el dinero a cuatro constructoras, que a su vez lo transfirieron a Medrano. Otra tajada de los fondos del municipio se blanqueó por medio de varios contratos de obras públicas, según anotó el Ministerio Público.
Las acusaciones hechas por la CICIG evitaron que Medrano se lanzara de nuevo a las elecciones en septiembre. En su lugar, se postuló —y ganó— una sobrina suya, que deberá asumir el cargo en enero, según una nota de La Hora.
Análisis de InSight Crime
La CICIG ha tenido un año muy ajetreado, que culmina con las renuncias del presidente y la vicepresidenta del país, por causa de un escándalo de corrupción. Con la detención de Medrano, ahora parece que la CICIG y el Ministerio Público han vuelto su atención para ir a la caza de más políticos regionales que durante largo tiempo han gozado de impunidad, pese a múltiples acusaciones de irregularidades.
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El caso de Medrano no es aislado. En su informe de julio, la CICIG aseguraba que los partidos políticos de Guatemala derivan la mitad de su financiamiento de la corrupción o de grupos criminales. Esta dependencia de la corrupción es, en parte, lo que hace que Guatemala funcione de manera muy similar a un estado mafioso. Como se vio en el caso de Medrano, los políticos crean redes corruptas que siguen dinámicas semejantes a las de los grupos criminales, obteniendo dineros ilícitos de sobornos, contratos de obras públicas fraudulentos y alianzas ocasionales con narcotraficantes locales. Esto les da una poderosa base sobre la cual mantienen sus feudos de crimen y corrupción durante años.
Este ciclo es difícil de romper, pero con el arresto de Medrano parece que el Ministerio Público finalmente está preparado para intentar hacer eso justamente.