El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, ha anunciado que el ejército continuará apoyando a la policía en funciones de seguridad nacional, extendiendo una polémica medida provisional que se ha presentado en otras partes de la región y que con frecuencia va acompañada de abusos de los derechos humanos.
Según elPeriódico, la decisión de mantener el apoyo del ejército a la Policía Nacional Civil (PNC) fue anunciada durante una reciente reunión del Consejo de Seguridad de Morales.
Morales había dicho que los militares serían gradualmente retirados de los programas conjuntos con la policía durante el segundo semestre de 2016, pero ya se ha retractado. “Nos hemos dado cuenta de que todavía no es suficiente el funcionamiento exclusivo de la PNC en este problema”, dijo Morales.
La comisionada para la reforma policial Adela de Torrebiarte apoyó la decisión del presidente, reiterando las declaraciones de Morales de que la PNC aún no está lista para actuar sin el apoyo del ejército, pese a los recientes aumentos en la cantidad de policías, informó elPeriódico.
Sin embargo, Helen Mack, excomisionada de la reforma policial, dijo que las estructuras mixtas de la policía y el ejército deben desaparecer. Señaló que el ejército continúa ejerciendo funciones civiles porque la PNC les paga a los militares por su trabajo.
En lugar de combatir el crimen, dijo Mack, la presencia del ejército ha provocado un “efecto globo”, y sólo ha llevado a que la criminalidad se traslade a lugares donde hay menos presión de las fuerzas de seguridad. Según elPeriódico, Mack dijo que son los esfuerzos por mejorar la investigación criminal —y no la participación de los militares en funciones policiales— los que han logrado los recientes progresos en el desmantelamiento de las redes de extorsión y de otros grupos criminales.
Análisis de InSight Crime
El anuncio de Morales se produjo un día después de que él encabezara un controvertido desfile militar el 3 de julio para conmemorar el día del ejército. El desfile se llevó a cabo en una base militar después de que la reacción popular obligara a Morales a dar marcha atrás en su intención de que el desfile se volviera a realizar por las calles de Ciudad de Guatemala, donde no se ha celebrado desde 2008, como homenaje a las víctimas de la guerra civil de Guatemala (1960-1996).
Como institución, el ejército guatemalteco es visto con profunda desconfianza por parte de la población indígena de Guatemala por haber matado a decenas de miles de mayas durante la guerra —una acción que con frecuencia ha sido etiquetada como genocidio, aunque Morales evitó usar este término en su discurso del 3 de julio—.
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No obstante, la militarización de la seguridad nacional se ha convertido en una práctica común para los vecinos de Guatemala —particularmente El Salvador, México y Honduras—, donde las fuerzas policiales son consideradas demasiado corruptas o incapaces de hacer frente a la violencia y al crimen generalizado. Sin embargo, recurrir a los soldados para que ejerzan funciones policiales en estos países ha contribuido a un aumento en las violaciones de los derechos humanos, como el uso excesivo de la fuerza y las ejecuciones extrajudiciales.