Un tiroteo entre la policía militar y las pandillas en una emblemática favela de Rio de Janeiro terminó con la caída de un helicóptero y el asesinato de por lo menos once personas el fin de semana que pasó, mientras la violencia se recrudece en toda la ciudad gracias al debilitamiento de las fuerzas de seguridad y al envalentonamiento de los grupos criminales.
En un operativo de la policía el 19 de noviembre contra presuntos criminales en la favela de Ciudad de Dios en Rio de Janeiro, un helicóptero se estrelló contra el suelo matando a los cuatro agentes que iban a bordo, informó BBC.
Aunque los informes iniciales señalaban que el helicóptero había sido derribado por las pandillas, las autoridades revelaron posteriomente que no se habían hallado agujeros de bala en el vehículo ni en la tripulación, informó O Globo. Aún no se ha revelado la causa del siniestro.
El helicóptero prestaba apoyo en un operativo que comenzó después de que los agentes de la Unidad Pacificadora de la Policía (Unidade de Polícia Pacificadora —UPP—) fueran atacados cerca de la favela Ciudad de Dios, según fuentes oficiales citadas por El Mundo. Al día siguiente, los habitantes descubrieron en una zona boscosa cercana siete cadáveres de personas que habían desaparecido desde el operativo del sábado, informó O Globo. Los cuerpos presentaban señales de tortura y posible ejecución.
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Los operativos de la policía siguieron el domingo, y terminaron en varios arrestos. El secretario de seguridad del estado de Rio de Janeiro Roberto Sá anunció que la policía militar seguirá en el área por un tiempo "indeterminado".
Los índices de violencia crecen por toda la ciudad. La tasa de homicidios en Rio subió casi 18 por ciento en los primeros nueve meses de este año en comparación con el mismo periodo de 2015. Así mismo, los homicidios de la policía, el tráfico de armas, los atracos y otros delitos menores hay aumentado en la ciudad.
Análisis de InSight Crime
Esta nueva racha de violencia es ilustrativa de varios problemas críticos de seguridad en Rio, así como de la mayor amplitud en la dinámica del crimen organizado.
Según múltiples expertos de seguridad consultados por InSight Crime, Ciudad de Dios está controlada por la organización Comando Vermelho (CV), que mantiene un conflicto con los grupos paramilitares, "milicias", en la favela vecina de Gardênia Azul. El director del Instituto de Investigación Igarapé Robert Muggah comentó que los miembros del CV habían entrado a Gardênia Azul y luego les salieron al encuentro agentes de la UPP al regresar a Ciudad de Dios, y fue allí donde se iniciaron los disparos.
La magnitud del enfrentamiento que siguió es una señal de lo que Muggah describe como el "colapso de la legitimidad del estado" en Brasil, y específicamente en Rio de Janeiro. Una crisis financiera en Rio, que llevó al gobierno federal a congelar las cuentas del estado a comienzos de noviembre, ha debilitado la capacidad de combatir el crimen entre las autoridades locales.
Una consecuencia de esto es que el mantenimeinto del equipo, como los helicópteros, ha sufrido reveses. Las pandillas también se han vuelto más agresivas en sus intentos por reclamar el territorio perdido.
"Las pandillas huelen la debilidad [de la policía]", señaló Muggah a InSight Crime. "Lo que tenemos entonces es una reorganización de la geopolítica del crimen".
El ejemplo más claro de esta debilidad, apuntó Muggah, ha sido el fracaso del programa de pacificación lanzado en 2008. Este comenzó a desmoronarse alrededor de 2013, y desde entonces ha habido un incremento en el número de los choques armados en las llamadas zonas "pacificadas".