Un tribunal estadounidense condenó a Dino Bouterse, hijo del presidente de Surinam, a más de 16 años de prisión por cargos de terrorismo y tráfico de drogas, un caso que ilustra el grado en que Bouterse utilizó su posición oficial para facilitar actividades criminales.
El 10 de marzo, el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos, condenó a Bouterse por tratar de proporcionar recursos y apoyo material al grupo militante libanés Hezbolá, así como por cargos de narcotráfico y delitos relacionados con armas de fuego.
Bouterse fue arrestado en Panamá en agosto de 2013, después de haberse reunido con individuos que se hacían pasar por miembros de Hezbolá. Bouterse permitió que miembros del grupo militante utilizaran a Surinam como base para lanzar ataques contra objetivos estadounidenses a cambio de millones de dólares. Así mismo, se reunió con agentes encubiertos de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés) para discutir la importación de cocaína a Estados Unidos en vuelos comerciales y facilitó un envío de prueba de 10 kilos de cocaína.
Bouterse, quien en el pasado se había desempeñado como jefe de la Unidad Antiterrorista de Surinam, se declaró culpable de los cargos en su contra el 29 de agosto de 2014.
Análisis de InSight Crime
Este caso pone de relieve que Bouterse utilizó su posición e influencia para facilitar actividades criminales —acusación que también ha sido hecha contra su padre, el presidente Desi Bouterse—.
Antes de dirigir la Unidad Antiterrorista de Surinam, Dino Bouterse había sido condenado por dirigir una organización de tráfico de armas y drogas, y fue sentenciado a ocho años de prisión. Su padre —que gobernó el país bajo una dictadura militar en los años ochenta, antes de ser elegido presidente en 2010— fue condenado en ausencia por narcotráfico por un tribunal de los Países Bajos en 1999 y actualmente es buscado por cargos similares en Francia. El presidente Bouterse también ha sido relacionado con una red criminal que proporcionaba armas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a cambio de cocaína.
VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre Surinam
La condena de Dino Bouterse también pone de relieve el temor de Estados Unidos de que Hezbolá esté buscando abrirse camino en Latinoamérica. Las autoridades estadounidenses ya han acusado a ciudadanos libaneses de utilizar el dinero proveniente del narcotráfico en la región para financiar a Hezbolá, y han señalado a algunos grupos criminales mexicanos de colaborar con el grupo militante libanés. No obstante, aparte de algunos casos aislados, no parece existir ninguna evidencia concreta que pruebe que Hezbolá tiene operaciones significativas en Latinoamérica.
La sentencia de Bouterse también plantea el interrogante sobre la existencia de actos de corrupción que involucren a la élite política y financiera de Surinam. Una reciente investigación sobre las cuentas bancarias del banco HSBC en Suiza reveló que alrededor de US$722,3 millones —lo que representa más del 7 por ciento del PIB de Surinam— estaban asociados a las cuentas de nueve clientes vinculados al país. Si bien tener una cuenta bancaria en Suiza no implica necesariamente alguna fechoría, la enorme cantidad de dinero en efectivo asociada a un pequeño número de clientes en Surinam, ciertamente genera dudas.