Las muertes violentas entre los jóvenes de Argentina se encuentran en un pico de los últimos diez años, en un patrón que parece señalar el aumento del crimen organizado en el país.
En 2011, año en el que se encuentran disponibles las cifras completas, 794 personas de entre 15 y 29 años fueron asesinadas, señaló el diario La Nación; la cifra total de 4.935 muertes violentas en ese rango de edad es la más alta desde 2003.
El número de homicidios dolosos podría ser mucho mayor. Según informó La Nación, otras 1.074 muertes de jóvenes se registraron como "muerte[s] por agresión externa de intencionalidad desconocida", pero no como homicidios intencionales.
Un tercio las muertes registradas en 2011 para todos los grupos de edad en esta categoría fueron el resultado de armas de fuego. Extrañamente, los suicidios con armas y las muertes accidentales se cuentan por separado.
Análisis de InSight Crime
La violencia juvenil ha estado en la agenda pública de Argentina recientemente, tras el asesinato de Ángeles Rawson y Araceli Ramos, de 16 y 19 años respectivamente. Mientras que las muertes parecen ser el resultado de ataques individuales, un examen de las cifras pinta un cuadro que podría apuntar al aumento de la actividad criminal organizada en el país; un fenómeno que se ha observado durante todo el año.
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En el norte de Argentina, una guerra entre grupos de narcotraficantes ha causado recientemente un aumento en los homicidios. La zona ya había registrado el aumento en las tasas de homicidio en los últimos años.
Son los jóvenes –en particular los hombres– quienes a menudo actúan como “soldados rasos” y sufren la violencia de las pandillas; un informe a principios de este año resaltó el papel de los asesinos adolescentes en el occidente de Argentina. Como muestran las cifras, el número de hombres que murieron por "agresión" es ocho veces mayor que el de las mujeres, mientras que el número de casos de hombres jóvenes que murieron por razones "desconocidas" es casi siete veces mayor.
El desglose de las cifras oficiales también plantea la cuestión fundamental de si el alcance de los homicidios de jóvenes está siendo minimizado. Con la categorización separada de los suicidios con armas y las muertes accidentales, muchas de las muertes violentas que involucran un arma de fuego que, según los informes de La Nación, están listados como "intencionalidad desconocida", podrían ser homicidios.