Estadísticas recientes señalan que la policía de Río de Janeiro, Brasil, continúa utilizando altos niveles de violencia, un hecho que al parecer es el resultado de deficiencias en la capacitación de los agentes, así como de la impunidad generalizada frente a los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad.
El Instituto Brasileño para la Seguridad Pública, (ISP por sus iniciales en portugués), informó que 84 personas murieron como resultado de acciones de las fuerzas policiales del estado de Río de Janeiro en febrero de 2017, un aumento de 71 por ciento en comparación con el mismo mes el año pasado, cuando el ISP registró 49 homicidios (Vea el gráfico de InSight Crime abajo).
Este aumento hace parte de una tendencia constante. Los homicidios por parte de la policía han aumentado en los últimos meses, y alcanzaron un pico de 105 en diciembre de 2016 —una cifra asombrosa considerando que sólo se reportaron 28 homicidios durante el mismo mes el año anterior—.
Según datos del ISP, desde marzo de 2016 la cantidad mensual de asesinatos por parte de la policía ha superado constantemente la cifra registrada en el mismo periodo del año anterior.
Aunque el número de incidentes que involucran violencia por parte de los agentes ha disminuido ligeramente en los últimos tres meses, pasando de 105 en diciembre de 2016 a 84 en febrero de 2017, los homicidios por parte de la policía siguen siendo una preocupación en todo el estado.
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Los grupos de defensa, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han encontrado evidencia de que los homicidios por la policía en la ciudad de Río de Janeiro han sido a menudo ilegales, puesto que las fuerzas de seguridad han disparado contra sospechosos que se encuentran desarmados o heridos.
Pero las autoridades policiales han respondido diciendo que el uso de la fuerza ha aumentado como resultado del deterioro de la situación de seguridad en todo el estado.
"Los policías deben sopesar las situaciones, y actuar unas veces como defensores de los derechos y otras veces como combatientes, porque lo que hay es una verdadera guerra", le dijo a O Globo Ivan Blaz, portavoz de la policía militar de Río de Janeiro.
El número de civiles muertos por la policía hasta ahora supera al número de policías asesinados por civiles. Mientras que al menos 140 personas han muerto a manos de la policía de Río en lo que va corrido del año, solo 46 oficiales han perdido la vida, tanto en servicio como fuera de servicio”, afirmó Blaz.
En el más reciente incidente de violencia excesiva por parte de la policía de Río de Janeiro, en un video tomado con un teléfono celular durante un tiroteo entre las fuerzas de seguridad y presuntos miembros de una banda que comercia con drogas se puede apreciar que los agentes ejecutaron a dos hombres tumbados en el suelo a la entrada de una escuela, según informó el New York Times. Una colegiala de 13 años de edad también murió en el cruce de disparos. Los dos oficiales fueron detenidos.
Análisis de InSight Crime
El alto número de homicidios por parte de la policía en el estado de Río de Janeiro ha sido vinculado tanto a las deficientes prácticas de formación de la policía como a la impunidad generalizada en los casos de presuntos abusos cometidos por las fuerzas de seguridad.
Un estudio de 2014 publicado por el Centro de Investigación Jurídica Aplicada (CPJA por sus inciales en portugués) arrojó luz sobre la violencia y el acoso de los que los policías suelen ser sujetos durante su entrenamiento.
De los 21.000 agentes de seguridad pública entrevistados en el informe del CPJA, el 39% afirmó haber sufrido tortura física o psicológica durante el entrenamiento; y el 64,4% dijeron que habían sido irrespetados o humillados por sus superiores.
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Estos hallazgos son preocupantes, dado que la violencia que los agentes de la policía sufren durante el entrenamiento parece influenciar la violencia que más tarde utilizarán al interactuar con la población.
"¿Cómo voy a servir a la sociedad si he sido entrenado de esa manera? Es ridículo", le dijo un policía militar retirado a Agência Publica en el año 2015. "La policía debe aprender a pensar rápidamente y desarrollar la capacidad de tomar decisiones. Pero actualmente entrenan a los policías como si fueran perros para una pelea callejera".
Otros estudios han relacionado el uso generalizado de la violencia por parte de los agentes de seguridad con la impunidad que éstos disfrutan en las cortes. Según Amnistía Internacional, los homicidios por parte de la policía se clasifican normalmente como "homicidios de resistencia", con lo cual se culpa a las víctimas y en general se absuelve a los agentes responsables de sus muertes. De las 220 investigaciones por homicidio iniciadas al interior de las fuerzas policiales en el año 2011 en la ciudad de Río, Amnistía Internacional informó que, después de cuatro años, sólo un oficial había sido acusado formalmente.