Un reciente informe de Human Rights Watch (HRW) describe las inhumanas condiciones en varias cárceles brasileñas y señala que reducir la prisión preventiva mediante audiencias de custodia más frecuentes es una manera clave de abordar el problema.
El informe se basa en una investigación de campo en cuatro cárceles del estado de Pernambuco al noreste de Brasil. Un video que acompaña el informe muestra decenas de reclusos hacinados en celdas diseñadas para sólo seis personas.
En una escena, un preso muestra la terrible condición de la piel de sus pies (los presos enfermos no suelen ser llevados fuera de la prisión para prestarles atención médica, ya que no hay suficientes guardias para escoltarlos). Como resultado, los reclusos sufren enfermedades como la tuberculosis y el Sida en tasas mucho más altas que las de la población general.
Dado que en las cárceles de Pernambuco hay menos de un guardia por cada 30 presos, los guardias cuentan con otros presos para que les ayuden a aplicar la disciplina y el orden. Estos presos son llamados “llaveros”, ya que literalmente cargan las llaves que les permiten moverse de un bloque de la cárcel a otro. También se sabe que venden drogas y acuden a la violencia para intimidar a quienes no pagan sus “deudas”, lo cual incluye el alquiler para dormir en el piso.
Análisis InSight Crime
El informe de HRW describe condiciones que son comunes en los centros penitenciarios de todo Brasil y de otros lugares de Latinoamérica, como Venezuela, Honduras y México. El informe acierta al argumentar que hacer frente a la prisión preventiva es vital para mejorar la situación. En el estado de Pernambuco, el 59 por ciento de los detenidos están a la espera de juicio, en comparación con el 36 por ciento en São Paulo —donde también es común el terrible hacinamiento en las cárceles— y el 41% a nivel nacional.
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El informe de HRW señala que una manera de reducir la prisión preventiva sería realizar audiencias de custodia en todo Brasil. Estas audiencias les permitirían a los jueces determinar cuándo es realmente necesario mantener a un sospechoso en prisión antes de la fecha de su juicio. Human Rights Watch señala que en un estado los jueces que realizaron audiencias de custodia durante cuatro meses y medio llegaron a la conclusión de que el 60 por ciento de los detenidos no deberían estar en prisión preventiva.