Las autoridades de Nicaragua identificaron la incautación de miles de armas de fuego durante los últimos años como la principal razón de la gran caída en la tasa de homicidios del país, pero las experiencias en la región sugieren que es poco probable que el tema sea tan simple.
Según la Policía Nacional de Nicaragua, la incautación de 19.000 armas ilegales entre 2008 y 2013 ha desempeñado un papel fundamental en la reducción de la tasa de homicidios del país, pasando de 11 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2012 a 8,7 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2013, informó El Nuevo Diario.
Actualmente Nicaragua tiene la tasa de homicidios más baja de Centroamérica, y le sigue Costa Rica.
Sin embargo, funcionarios de la Dirección de Registro y Control de Armas de Fuego y Municiones (DAEM) dijeron que la mayoría de robos violentos en el país no fueron llevaron a cabo con armas de fuego, sino con armas como cuchillos o machetes.
La tasa de homicidios baja no significa que el país no se ve afectado por el crimen violento, dijo Mónica Zalaquett de la ONG Centro de Prevención de la Violencia (CEPREV).
En Nicaragua "hay una gran cantidad de delitos de robos con intimidación en los que generalmente se usan armas de fuego (...) y hay muchos jóvenes heridos con huellas de bala", según Zalaquett.
Análisis de InSight Crime
En comparación con sus vecinos del Triángulo del Norte -Guatemala, Honduras y El Salvador- que tienen algunas de las tasas de homicidio más altas del mundo, Nicaragua sigue estando relativamente poco afectada por las pandillas o por la violencia alimentada por el crimen organizado. El año pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ubicó a Nicaragua entre los seis países de Latinoamérica con los mejores indicadores de la seguridad ciudadana.
Sin embargo, es poco probable que la incautación de las armas haya sido el factor principal en el mantenimiento de los bajos niveles de violencia. Como InSight Crime ha señalado, hay poca evidencia de que las políticas de armas estrictas sean un factor importante que afecte a las tasas de homicidios en Latinoamérica -la facilidad de adquirir armas en el mercado negro, la corrupción en las fuerzas de seguridad y una fuerte presencia del crimen organizado, juegan un papel importante también.
Hay varios otros factores que probablemente han contribuido a la baja –y decreciente- tasa de homicidios de Nicaragua. Un factor a menudo citado por las autoridades es el particular modelo policial del país, el cual ha sido acreditado por mantener alejadas a las pandillas mara. Otra posibilidad podría ser el estricto control social ejercido por el gobierno sandinista en muchas partes del país.
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Estas ideas se apoyan en el hecho de que dos regiones autónomas del Atlántico del país (RAAN y RAAS) tienen tasas de homicidios muy por encima de la media nacional. Estas son las regiones sobre las que el gobierno central tiene el menor control, y las que se han visto más afectadas por la presencia del crimen organizado transnacional, ya que tanto su lejanía como su ubicación en la costa, hacen de las regiones puntos de paso atractivos para los traficantes de drogas.