La incautación de casi US$7,2 millones en efectivo a tres hondureños, por parte de las autoridades panameñas, pone de relieve tanto el papel de Panamá como un centro regional de lavado de dinero como la creciente participación de Honduras en el comercio transnacional de drogas.
El dinero, que entró en billetes de US$100 y US$20, fue encontrado en ocho maletas que los hondureños pretendieron ingresar al aeropuerto de Tocumen en Ciudad de Panamá el 11 de enero, informó AFP. Según la policía, la incautación del dinero en efectivo fue la más grande en 15 años.
Las autoridades panameñas dijeron que el dinero estaba siendo trasladado por encargo de un "poderoso cartel de la droga de México", al cual no identificaron.
Entretanto, el Ministerio Público de Honduras ha ordenado una investigación sobre cómo las autoridades aeroportuarias, la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI) y la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) fallaron en detectar el cargamento de dinero, a pesar de los modernos equipos de rayos X instalados en el aeropuerto de Toncontin en Tegucigalpa, informó La Prensa. Cinco empleados del aeropuerto y un agente de la policía fronteriza han sido detenidos en el caso, informó La Tribuna.
Humberto Palacios Moya, director de la Oficina Administrativa de Bienes Incautados de Honduras (OABI) expresó su escepticismo sobre las acciones de las autoridades en el caso, afirmando que: "¿Cómo vamos a creer que van a pasar esa millonada en ocho maletas; lo que pasa es que las autoridades se hacen de la vista gorda".
Los tres hondureños serán mantenidos en detención preventiva en Panamá mientras las autoridades investigan.
Análisis de InSight Crime
Panamá, a menudo descrita como "la boca del embudo" del comercio de cocaína, ha sido durante mucho tiempo un centro de lavado de dinero y punto de encuentro estratégico para los traficantes de drogas extranjeros. El año pasado, las autoridades también identificaron la presencia en el país de cuatro grandes carteles mexicanos. El movimiento de dinero sucio hacia Panamá desde lugares como Honduras y Guatemala es una actividad de bajo riesgo para los grandes carteles porque -como en este caso– sólo es probable que se capture a quienes cargan el dinero si algo sale mal.
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El hecho de que los transportadores en este caso provinieran de Honduras también destaca el creciente papel de esta nación azotada por la violencia en el comercio de drogas transnacional, y la corrupción oficial que ha permitido que esto suceda con impunidad.
En medio del caos político y económico que siguió al golpe de Estado del país, en 2009, Honduras se convirtió en un importante centro de tránsito para los vuelos con cocaína que iban en dirección al norte. También se ha visto una presencia cada vez más establecida de los grupos criminales transnacionales, como el Cartel de Sinaloa y los Zetas, y la evolución de grupos locales, como los Cachiros, un importante grupo de tránsito, que es blanco de Estados unidos, con conexiones en la élite económica del país, que se convirtió en un puente entre los carteles mexicanos y colombianos.