Las autoridades de Perú han incautado más de 200 toneladas de contrabando tras un violento enfrentamiento con los contrabandistas que operaban como parte de la llamada “Culebra del Norte” -una cadena de contrabando en la que los convoyes de vehículos mueven productos desde Chile a través de Bolivia hacia Perú.

En la operación, que tuvo lugar el 14 de julio en la parte suroeste de la región fronteriza de Puno, participaron alrededor de 300 policías y funcionarios de aduanas, y culminó con la captura de numerosos camiones y autobuses que transportaban más de 220 toneladas de contrabando -incluyendo gasolina, ropa, licores y cigarrillos- por un valor estimado en US$2 millones, informó La Andina.

Los contrabandistas se resistieron violentamente a la redada, informó la prensa local, pese a que sigue siendo poco claro lo que ocurrió exactamente. Según Los Andes, la incautación estuvo seguida por un intercambio de disparos entre los traficantes y las fuerzas de seguridad, mientras que, según La República, la policía se vio obligada a enfrentarse a unos 200 traficantes que los atacaron con palos, piedras y explosivos caseros. Sin embargo, sólo dos personas fueron detenidas como resultado de la operación. Pachamama Radio informó que algunos policías resultaron heridos en el enfrentamiento.

Análisis de InSight Crime

La reciente operación sirve para destacar las actividades en curso de la denominada “Culebra del Norte“, un nombre usado para referirse a los convoyes de camiones que mueven el contrabando hacia el occidente por la ruta desde la frontera con Bolivia a través de la provincia (departamento) de Puno a la ciudad de Juliaca, desde donde se envía la mercancía ilícita hacia diversas provincias y regiones en el sur. El contrabando se origina en Arica e Iquique, al norte de Chile, desde donde se lleva a través de Oruro y La Paz en Bolivia.

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Según un artículo de 2011 de La República, convoyes de entre 30 y 100 camiones salen dos veces por semana de la frontera con Bolivia, transportando hasta 15 toneladas de contrabando a la vez. Las autoridades aduaneras han dicho que hay cuatro familias principales dedicadas al contrabando que controlan el movimiento de estas caravanas en el lado peruano.

Los esfuerzos de las autoridades peruanas han tenido poco impacto en la reducción del comercio, con sólo un par de camiones siendo capturados en una caravana dada, y con los contrabandistas ampliando constantemente las rutas, según La Razón.

La región fronteriza entre Perú y Bolivia es el hogar de un próspero negocio de contrabando, que en parte se propaga por las comunidades pobres ubicadas en la frontera en el lado boliviano, que tienen una larga historia de subsistir de la economía de contrabando. En Bolivia, los traficantes explotan las porosas fronteras con los vecinos del país más prósperos, al traficar mercancías tales como cigarrillos de contrabando, autos robados y gasolina -el último de los cuales es un comercio lucrativo debido a los subsidios bolivianos a los combustibles. Fuentes en la región dijeron a InSight Crime que las operaciones de contrabando son diferentes al tráfico de drogas, aunque los autos contrabandeados a veces se utilizan como garantía o como pago para los acuerdos de drogas.