Un gran porcentaje de la creciente producción de cocaína en Colombia parece haber pasado, durante los primeros meses del año, por un solo municipio: Tumaco. ¿Qué hace que esta región sea tan estratégica, y quién obtiene las mayores ganancias de este botín criminal?
Las más recientes estadísticas del Ministerio de Defensa de Colombia muestran que, entre enero y marzo de este año, las autoridades confiscaron 32,8 toneladas métricas de cocaína en el municipio de Tumaco, departamento de Nariño, ubicado en la región pacífica del país. Estas cifras son mucho más altas que las incautaciones en cualquier otro municipio o departamento colombiano, y representan más de un tercio del total de la cocaína confiscada a nivel nacional en lo que va corrido de este año.
Dado que, en general, se cree que las autoridades confiscan alrededor del 10 por ciento del flujo total de las drogas, estas cifras permiten suponer que Tumaco pudo haber exportado cientos de toneladas de cocaína este año —una parte considerable de la producción total estimada en Colombia—.
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Las cifras oficiales señalan que cerca de 17.000 hectáreas de coca se cultivan en Tumaco, un remoto municipio ubicado en la costa oeste colombiana, en la frontera con Ecuador, conocida como "La Perla del Pacífico". Pero se cree que las estadísticas oficiales están por debajo de la cantidad real. Sin embargo, la cantidad de cultivos de coca en Tumaco es considerable; como punto de comparación, en todo Bolivia hubo unas 20.200 hectáreas cultivadas en el año 2015.
Análisis de InSight Crime
Las condiciones especiales que Tumaco ofrece para los criminales han hecho de ésta, una de las zonas más disputadas en Colombia. Su vasta red de ríos aislados son rutas de contrabando ideales, y los manglares a lo largo de la costa del Pacífico son perfectos para enviar cargamentos de cocaína hacia Estados Unidos y ocultar laboratorios de cocaína. Durante mucho tiempo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tuvieron un monopolio sobre el tráfico de cocaína de la ciudad puerto, pero ahora la mayor parte de los dirigentes del grupo guerrillero han salido gradualmente de la zona, después de firmar un acuerdo de paz con el gobierno colombiano a finales de 2016.
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Como resultado, varias estructuras criminales están tratando de controlar las drogas que salen de la extensa costa de Tumaco en el Pacífico y llegan al vecino Ecuador. Fuentes policiales afirman que la mayor parte del territorio está controlado por el grupo de neoparamilitares Los Urabeños y por los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que poco a poco han expandido su presencia en la región. Pero como las FARC han comenzado a desmovilizarse, muchos de los excombatientes del grupo han rechazado el proceso de paz, optando por continuar en las actividades ilegales, como el narcotráfico, que sostuvo a los guerrilleros por un largo período.
Como consecuencia de la ausencia de una clara hegemonía que controle el tráfico de drogas en la región, ha surgido un violento conflicto. Esta inestable dinámica hace de Tumaco el peor microcosmos del "posconflicto" en Colombia. Como InSight Crime lo ha documentado ampliamente, es probable que, como resultado del proceso de paz, se sigan presentando deserciones de las FARC y enfrentamientos territoriales similares en zonas de alta criminalidad por toda Colombia; Chocó y los Llanos Orientales son áreas especialmente vulnerables.