El más reciente Índice de Paz México presenta una medición integral, aunque inexacta, sobre las tendencias a corto y largo plazo del crimen y la violencia en México, mediante el examen de los avances en una serie de indicadores de seguridad.
Publicado por el Instituto para la Economía y la Paz, la tercera edición del Índice de Paz México, IPM (pdf), descubrió que en el 2015 hubo en el país una mejora del 0,3 por ciento en cuanto a paz, la más pequeña mejora en los últimos cinco años.
El informe atribuyó esta mejora sobre todo a una disminución del 10 por ciento en la tasa de crímenes violentos y a una reducción del 8 por ciento en la tasa de delitos relacionados con el crimen organizado, como el secuestro, la extorsión y los delitos relacionados con drogas. Estas mejoras, sin embargo, se vieron contrarrestadas por deterioros en cuanto al número de personas detenidas en las prisiones y sin recibir sentencias, los delitos relacionados con armas y la tasa de homicidios.
La tasa de homicidios de México aumentó en el año 2015 por primera vez después de cuatro años, según indica el IPM, pasando del 6,3 por ciento a casi 14 por cada 100.000 habitantes.
El índice dice que la tranquilidad en México ha mejorado en un 13 por ciento desde 2011. Durante ese tiempo, los crímenes violentos, los homicidios y el crimen organizado han disminuido en casi un 30 por ciento, según las mediciones del IPM.
El IPM señala que estas mejoras en tranquilidad en México han generado un beneficio económico de unos US$50 mil millones desde 2011. Sin embargo, el impacto económico de la violencia en 2015, incluyendo los costes de oportunidad, fue de US$ 134 mil millones, o el 13 por ciento del PIB del país.
De los 32 estados de México, 25 se han vuelto más pacíficos desde 2011, lo que abarca al 85 por ciento de la población mexicana.
Los cinco estados con las mayores mejoras en los puntajes del MPI desde 2011 son: Nayarit, Durango, Nuevo León, Chihuahua y Baja California. Y los que tienen peores puntajes son: Baja California Sur, Zacatecas, Oaxaca, Querétaro y Guanajuato.
El deterioro más grande ocurrió en Baja California Sur, donde la tasa de homicidios aumentó en más del triple, pasando de 5,7 en 2011 a 19,8 en 2015.
En general, el IPM ubicó a Hidalgo como el estado más pacífico de México, mientras que Guerrero es el menos pacífico.
Un área de preocupación identificada por el IPM es la tendencia a la impunidad y el aumento de los detenidos que no reciben sentencia.
Sin embargo, el IPM identificó varias dinámicas que afectan la fiabilidad de las estadísticas oficiales sobre crimen, a saber: subregistro, presentación de informes inexactos y la no inclusión de las personas desaparecidas en las estadísticas.
En México se han reportado más de 26.000 personas desaparecidas desde 2007, señaló el informe.
Análisis de InSight Crime
Es difícil medir un concepto intangible como “la paz”. Para hacerlo, el IPM define paz como como “la ausencia de violencia o [del] miedo a la violencia”.
Pero los resultados del IPM, según los cuales la paz ha mejorado en México en general en los últimos años, contrastan ligeramente con una encuesta reciente (pdf) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre las percepciones de seguridad urbana. El INEGI descubrió que el 70 por ciento de los encuestados se sienten inseguros en sus ciudades —un porcentaje que se ha mantenido estable en los últimos tres años, lo que sugiere que permanecen los temores populares sobre la violencia—.
Sin embargo, al proporcionar datos estandarizados para medir la paz en México desde el año 2003, el IPM presenta un panorama útil, aunque incompleto, sobre la situación de seguridad del país. Su naturaleza integral sirve como punto de partida para identificar las tendencias y regiones de México donde se vienen deteriorando las condiciones de seguridad, así como una base para los debates sobre políticas.
El IPM también confirma las observaciones según las cuales los avances hacia una mejora de la seguridad se han estancado en México. A comienzos de 2016, las estadísticas de homicidios han alcanzado sus niveles más altos en los últimos años, y estados como Guerrero siguen en las garras de los violentos grupos criminales.