Las autoridades de Honduras dicen que en el país ha aumentado el número de armas de fuego de fabricación casera, que ahora son más modernas y elaboradas; sin embargo, el verdadero problema radica en la prevalencia de armas manufacturadas que circulan ilegalmente por todo el país.
La Tribuna informó que se ha presentado un incremento de "chimbas" (armas de fuego ilegales de fabricación rústica, lo que las hace más letales y modernas). Agentes del Departamento de Policía Investigativa (DPI) le dijeron además al periódico que los pandilleros y "otros delincuentes" eran quienes promovían esta actividad.
Un funcionario del Directorio General de Medicina Forense (DGMF) añadió que la modernización de estas armas se puede atribuir a la colaboración de expertos en armas, entre quienes se encuentran antiguos miembros del ejército y de la policía.
Análisis de InSight Crime
En un país con una de las tasas de homicidios más altas del mundo, 80 por ciento de los cuales se cometen con armas de fuego, los informes de la creciente utilización de armas de fabricación casera cada vez más sofisticadas y poderosas es un tema preocupante. Sin embargo, el verdadero problema es la circulación libre y a gran escala de armas manufacturadas por toda Honduras.
En 2014, una comisión del Congreso estimó que en el país circulan cerca de 700.000 armas sin matrícula, superando el número de armas legales en casi dos tercios. Aunque las armas de fabricación casera son una parte de este armamento, la mayoría de las armas son traficadas desde Estados Unidos y otros países vecinos, y por intermedio de miembros corruptos de las fuerzas de seguridad hondureñas.
La prevalencia de armas manufacturadas y el fácil acceso a ellas hace poco probable que los pandilleros y otros grupos criminales busquen especializarse en "chimbas" hechas a mano. La fabricación de éstas requiere mucho trabajo y son en general poco confiables.
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Parece además que en el mismo artículo hay cierta confusión. La Tribuna afirmó que las autoridades decomisaron 192 "chimbas" entre enero y agosto de 2015. Sin embargo, el gráfico siguiente muestra que sólo 27 "chimbas" fueron incautadas durante ese período, muchas menos que la cifra reportada por La Tribuna. En cualquier caso, estas cifras son altamente superadas por el número de armas manufacturadas que son decomisadas (vea el gráfico a continuación).