Un nuevo informe de Naciones Unidas afirma que la producción global de opio y cocaína ha alcanzado niveles récord, y se suma a otros organismos internacionales en su llamado a implementar políticas más progresistas para contener el negocio de la droga.
La producción global de cocaína alcanzó las 1.410 toneladas, mientras que la producción global de opio llegó a 10.500 toneladas en 2016, niveles nunca antes registrados, según el Informe Mundial sobre Narcóticos 2018 publicado el 25 de junio por la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD).
Según el informe, los cultivos globales de coca aumentaron un 76 por ciento entre 2013 y 2016. De las 213.000 hectáreas de cultivos de coca producidas en todo el mundo durante 2016, casi el 70 por ciento se sembraron en Colombia.
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La expansión de los cultivos de coca en Colombia es resultado de distintos factores, incluidos la evolución de la dinámica del mercado y las estrategias de tráfico de estupefacientes entre grupos criminales, además de una reducción de las “intervenciones de desarrollo alternativo” y la erradicación, halló el informe.
De acuerdo con el estudio, la erradicación de cultivos de coca se ha reducido en el país andino, lo que ha provocado que los grupos criminales colombianos perciban menor riesgo en relación con la siembra de coca, motivando una “sorprendente escalada” de la producción.
El informe señala que este repunte de la producción también puede estar ligado a un mayor consumo de cocaína en Estados Unidos, el mayor país consumidor del alcaloide.
Aunque la gran mayoría del opio ilícito del mundo proviene de Afganistán, el informe señala que “países de Latinoamérica (en gran parte México y, en menor medida, Colombia y Guatemala) representan la mayor parte de la oferta de heroína en Estados Unidos, a la par que abastecen a los mercados de heroína de Suramérica, aún pequeños”.
Análisis de InSight Crime
El hecho de que la producción de dos de los estupefacientes ilícitos de mayor consumo y que mayor lucro generan se encuentre en niveles máximos luego de décadas de iniciativas internacionales dirigidas a reprimir la producción de dichas sustancias es un fuerte llamado a cuestionar esta estrategia. Y el informe de la ONUDD se une a otros organismos internacionales en el pedido a los países a que dejen de estigmatizar el negocio de la droga y lo enfrenten usando políticas basadas en la evidencia.
En efecto, la ONUDD hizo énfasis en la necesidad de “evaluaciones oportunas” y “estrategias integrales” para comprender mejor la magnitud de las tendencias del narcotráfico y dotar adecuadamente a los países con los recursos que necesitan para brindar servicios de prevención y tratamiento para combatir la expansión del negocio de la droga, entre otros.
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Las recomendaciones de la ONUDD se conocen después del nuevo informe anual de la Junta Internacional para el Control de Narcóticos (INCB, por sus iniciales en inglés), publicado en marzo de este año, que ponía énfasis en la importancia del acceso a tratamiento y otras medidas preventivas, y tomaba distancia de las políticas antinarcóticos tradicionales.