Se estima que 70.000 personas son víctimas de la trata de personas en Colombia cada año, según un nuevo informe que analiza el problema de la trata de personas, interno e internacional, y las regiones en donde sus efectos son más profundos.
Según el informe “La trata y la explotación en Colombia: no se quiere ver, no se puede hablar”, publicado por la organización no gubernamental de Women’s Link Worldwide, la cifra total de víctimas de trata de personas se obtuvo mediante el estudio de los informes anteriores, la consulta de grupos en Colombia que trabajan en el terreno, y por medio del trabajo de campo en dos regiones clave en el occidente del país: Valle de Cauca y el Eje Cafetero.
El estudio identificó a Valle del Cauca, Risaralda (parte de la zona cafetera) y a Antioquia como tres departamentos (provincias) clave de donde provienen las víctimas, así como las regiones en donde generalmente terminan las víctimas de trata interna (ver mapa abajo).
El informe resalta los tipos de violaciones más comunes, incluida la explotación sexual, el trabajo forzado y la esclavitud (a menudo llamada “esclavitud moderna”), al igual que explora por qué la gente de ciertas regiones son más propensas a convertirse en víctimas, concluyendo que las poblaciones son vulnerables cuando están expuestas a dificultades económicas, al conflicto armado y al desplazamiento.
En el caso de la región cafetera, el informe señala cómo la caída de los precios del café en los años noventa –combinada con el desplazamiento y el estatus como un importante corredor del narcotráfico y del conflicto– crearon condiciones fértiles para la trata de personas.
Análisis de InSight Crime
Colombia tiene un problema de larga data con la trata de personas, y las Naciones Unidas informó a principios de este año que la práctica va en aumento. Colombia ha sido tradicionalmente un punto de origen común para las mujeres víctimas de la trata con fines de prostitución en los mercados extranjeros, sobre todo de Asia, Europa y Oriente Medio. No obstante, hay indicios de que esa dinámica está cambiando.
Un informe a principios de este año reveló cómo las mujeres colombianas están cada vez más siendo traficadas a destinos dentro de Latinoamérica. Esta tendencia fue resaltada recientemente por un caso el año pasado de una red de tráfico sexual que envió mujeres colombianas a Guatemala, y un caso de trata con fines de explotación laboral a principios de este año, cuando cientos de colombianos fueron rescatados en Argentina.
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Si bien Colombia cuenta con leyes fuertes para hacerle frente a la trata de personas, un foro a principios de este año, dirigido por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, criticó la falta de voluntad política o de apoyo económico para hacerlas cumplir –un problema que se siente en toda la región–. Es más, la ley es incapaz de llegar a las numerosas víctimas que son transportadas fuera del país.