La iniciativa antidrogas respaldada por Estados Unidos, Operación Martillo, ha golpeado duramente el narcotráfico en aguas centroamericanas por más de cuatro años, pero no es claro cuánto impacto han hecho en el crimen organizado los logros que anuncia.
La Operación Martillo ha atacado las rutas marítimas de narcotráfico en costas centroamericanas desde el 15 de enero de 2012. Ha contribuido al decomiso de 693 toneladas métricas de cocaína, US$25 millones en efectivo, 581 embarcaciones y aviones, y ha facilitado el arresto de 1.863 personas, según un comunicado de prensa del comando sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) —Comando militar de combate de Estados Unidos responsable de Centro y Sur América, y el Caribe.
Dirigido por la Fuerza de Tarea Conjunta entre varios Organismos (JIATF) Sur, un componente de SOUTHCOM, la Operación Martillo incluye la presencia permanente de naves y aviones en zonas marítimas específicas "para detener las rutas de tráfico ilícitas en aguas costeras a lo largo del istmo de Centroamérica". Es una iniciativa conjunta entre Estados Unidos y naciones europeas y del hemisferio occidental.
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El contraalmirante de la guardia costera de Estados Unidos Christopher J. Tomney, director de la JIATF Sur, declaró: "El exitoso enfoque panregional para detener el flujo de cocaína, heroína y otras drogas en la región promueve la estabilidad, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de cada país".
Tomney indicó que la operación Martillo ha generado un incremento de los decomisos de droga, pero añadió que el resultado más positivo ha sido la mayor participación de las fuerzas de los países aliados en la lucha contra el crimen transnacional organizado, según el comunicado.
Análisis de InSight Crime
Las estadísticas de decomisos como medida del éxito de la operación Martillo presentan un cuadro limitado de la dinámica del narcotráfico en Centroamérica y el Caribe.
Según el informe mundial sobre drogas 2015 de la ONUDC, las incautaciones de cocaína en la región aumentaron luego del lanzamiento de la operación Martillo, al pasar de 78 toneladas en 2012 a 162 toneladas en 2013.
El fortalecimiento de la interdicción contra las drogas deriva con frecuencia en un fenómeno conocido como "efecto globo", mediante el cual la presión en una zona lleva a los traficantes a mover sus actividades a otra región. Sin duda, los agentes estadounidenses han alertado de manera consistente que la intensificación del control y la vigilancia a lo largo de la franja centroamericana podría generar la reactivación de las rutas de tráfico por el Caribe, que eran las preferidas en la década de 1980.
Sin embargo, parece que la predicción no ha dado buen resultado. El más reciente informe sobre drogas del Departamento de Estado de Estados Unidos estimaba que el porcentaje de cocaína traficada a Estados Unidos a través de Centroamérica en realidad aumentó en los últimos años, al pasar de 80 por ciento en 2012 a 90 por ciento en 2015.
El Ministerio de Seguridad de Costa Rica también predijo un gran incremente en la cantidad de cocaína que se traficó por el país durante 2016, aun cuando su estimado de 1.700 toneladas es cuestionablemente alto, dado que la ONUDC estimó la producción total global de cocaína en el 2013 entre 660 y 900 toneladas métricas.
La identificación de esfuerzos para mejorar la capacidad de los países aliados en el marco de la Operación Martillo, una medida de éxito quizás más sostenible aunque menos tangible, también plantea problemas.
En una entrevista reciente, el jefe de las Fuerzas Armadas en Honduras, general Isaías Álvarez, indicó que las tácticas criminales en el país han evolucionado en respuesta a las iniciativas antidrogas, pues los traficantes se trasladaron a rutas menos vigiladas en el Pacífico. Álvarez añadió que los "escasos" recursos de las autoridades significan que no pueden vigilar de manera eficiente las aguas hondureñas.
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En últimas, definir el éxito de la Operación Martillo en términos de estadísticas de interdicción de drogas, y la creación de capacidad de los países centroamericanos y del Caribe para llevar a cabo una parte mayor de decomisos es inadecuada. Esta es quizás una consecuencia de la Iniciativa Regional de Seguridad para Centroamérica (CARSI por sus siglas en inglés) de mayor alcance, que subvenciona la Operación Martillo y sobre la cual algunos expertos regionales han insinuado que no logra los objetivos deseados. Los escépticos sostienen que un enfoque excesivo en el poderío militar y los decomisos de droga implica que se han descuidado otros factores claves que facilitan el narcotráfico, como la corrupción.