Pese a las medidas de seguridad, los ladrones siguen asaltando el complejo sistema de transporte público y de autobuses en El Salvador, lo que demuestra las grandes dificultades para mantener la seguridad de todo un servicio público de transporte.
La Asociación de Empresarios del Transporte de Pasajeros en Autobuses de El Salvador (ATP) calcula que cada año los criminales roban de US$10 a US$11 millones a pasajeros y conductores de autobuses, según datos de El Diario de Hoy; los trabajadores del transporte dicen que hay en promedio 10 asaltos diarios.
Cerca de 15 por ciento de los pasajeros han buscado medios de transporte alternativos, lo que ha llevado a que de los trabajadores del transporte de se quejen de que el Plan Bus —iniciativa de seguridad liderada por la policía— no garantice la seguridad en las rutas de autobuses.
Howard Cotto, director asistente de la Policía Nacional Civil (PNC), defendió los esfuerzos de la policía, al declarar a El Diario de Hoy, "El tema del transporte público es complejo. Tenemos más de mil rutas trabajando y más de diez mil unidades de transporte registradas, sin tomar en cuenta las que circulan ilegalmente".
Hasta el 11 de septiembre de 2015, la policía había registrado un total de 2.600 denuncias de robo, que según Cotto eran 515 menos que las del mismo periodo de 2014 —un descenso de 18 por ciento—. Sin embargo, muchos casos no son denunciados por las víctimas (Vea el vídeo abajo).
Además de los asaltos a autobuses públicos, El Diario de Hoy cita datos de Alertux —una plataforma en medios sociales donde los ciudadanos pueden informar de actividad criminal—, que demuestran que los robos también son comunes en semáforos en rojo, señales de pare y paradas de autobús (Ver el gráfico siguiente).
Los ladrones usan diferentes tácticas, y aunque los asaltos a buses pueden ocurrir a cualquier hora, son más frecuentes entre jueves y sábado; en especial en los días del mes en que la gente recibe sus pagos de nómina.
Las rutas de transporte que registran el mayor número de asaltos en septiembre prestan servicio a comunidades periféricas, donde los criminales pueden huir rápidamente, según informó El Diario de Hoy (ver el gráfico siguiente).
Análisis de InSight Crime
El Salvador ha padecido durante largo tiempo la inseguridad en su sistema de transporte público, y la extorsión a buses y taxis por parte de grupos criminales constituye un gran problema. En el pasado, El Salvador implementó unidades antiterrorismo para patrullar las rutas de buses, y ha instituido un sistema de tarjetas inteligentes para pagar los billetes de autobús, de manera que los conductores lleven menos dinero en efectivo.
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Pero asegurar todos los puntos vulnerables del transporte público a la explotación por parte de criminales en El Salvador es una tarea colosal. Se estima que más del 70 por ciento de la población viaja en autobús, lo que crea una amplia red de rutas y proveedores del servicio que las autoridades luchan por patrullar efectivamente aun con la falta de recursos.
Esta lucha no es única en El Salvador. También las vecinas Guatemala y Honduras padecen la inseguridad crónica en el transporte público, y han luchado por afrontar el problema.