Interpol ha incautado cerca de US$40 millones en madera traficada ilegalmente, la mayor parte de Venezuela, lo que sugiere que el país es un mercado cada vez más importante para una actividad criminal que ha estado más comúnmente asociada con Centroamérica y países como Brasil, Colombia y Perú.
En seguimiento a una investigación especial, llamada "Operación Plomo", que Interpol inició el año pasado, las autoridades costarricenses y venezolanas incautaron un total de 292.000 m3 de madera –19.500 camiones–. Las incautaciones venezolanas representan alrededor de dos terceras partes de la cantidad total; los funcionarios confiscaron 188.000 m3 en sólo un mes. La madera fue confiscada a lo largo de las rutas de transporte, en los aserraderos y en los lugares de explotación forestal, dijo Interpol.
Interpol también señaló que, además de la lucha contra el comercio a través de las incautaciones, las autoridades venezolanas han reforestado alrededor de 8.000 hectáreas afectadas por la tala ilegal y han comenzado a ejecutar programas educativos sobre el comercio ilegal.
La fase inicial de la Operación Plomo, la primera operación de tráfico de madera en Latinoamérica de la Interpol, se llevó a cabo entre septiembre y noviembre de 2012 con la ayuda de las autoridades competentes en 12 países de la región. Durante la primera fase, las autoridades decomisaron alrededor de 2.000 camiones cargados de madera y detuvieron a cerca de 200 personas.
Análisis de InSight Crime
Es notable el papel de Venezuela en esta última ronda de incautaciones de madera, sobre todo teniendo en cuenta que la cantidad incautada en un mes representó más de tres veces la cantidad total de madera incautada a nivel internacional durante la primera fase de la operación (188.000 m3 en comparación con 50.000 m3).
Se estima que la industria ilegal de madera en todo el mundo está valorada en hasta US$100 mil millones, con la tala ilegal representando del 50 a 90 por ciento de la actividad forestal en algunos países tropicales y entre el 15 y el 30 por ciento del comercio mundial, según Interpol.
La región de la amazonia latinoamericana es una fuente importante de madera para el comercio, y la silvicultura ilegal es una industria importante en Perú, Colombia y Brasil. En los primeros dos países, se cree que el comercio de madera tiene vínculos con el crimen organizado, incluyendo el Sendero Luminoso en Perú y las BACRIM en Colombia.
Aunque no se ha hablado mucho del papel de Venezuela en el comercio, el país posee características señaladas por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como contribuyentes al comercio, incluyendo altos niveles de corrupción en el gobierno, la pobreza y la inestabilidad económica. El país también cuenta con grandes extensiones de selva escasamente poblada, y una serie de organizaciones criminales colombianas - incluyendo las BACRIM –están presentes en el país–.