El presunto líder del narcoclan de la familia Mendoza de Guatemala y otros presuntos miembros del grupo criminal han sido detenidos, un duro golpe a una organización que en algún momento llegó a ser considerada intocable.
Una investigación del Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) condujo a la captura de Haroldo Mendoza Matta y otras nueve personas por cargos que incluyen asociación ilícita, homicidio y robo agravado, informó Emisoras Unidas. Entre los detenidos están el presunto jefe de seguridad del grupo, sicarios y un guardaespaldas, informó Prensa Libre.
Las autoridades creen que los diez sospechosos están vinculados a la masacre de siete personas el 15 de noviembre en el departamento costero de Izabal, informó elPeriódico.
Además de los miembros de la CICIG y fiscales, la operación, realizadas simultáneamente en cuatro departamentos de Guatemala, involucró 110 agentes antidrogas, 100 soldados y dos helicópteros, informó Siglo21.
Análisis de InSight Crime
La captura de Mendoza Matta podría ser un indicio de la disminución de la influencia del narcoclan Mendoza.
Los Mendoza, que a lo largo de los años han hecho una fortuna con el contrabando y el tráfico de drogas, en algún momento llegaron a ser considerados como protegidos de sus contactos, influyentes en los círculos políticos de Guatemala. El expresidente Álvaro Colom señaló en una ocasión que los Mendoza eran parte de los “narcos que nadie toca”. Un alcalde en el departamento de Petén -donde la organización de tráfico de drogas está basada- habría recibido de los Mendoza donaciones de campaña en 2011, después de que desembolsó cerca de US$2 millones en un estadio para un equipo de fútbol propiedad de la familia narcotraficante.
Sin embargo, los Mendoza perdieron territorios clave tras la incursión en Guatemala del grupo criminal mexicano Los Zetas, y se cree que muchos miembros del clan de drogas han huido del país.
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La captura de Mendoza también es otra victoria para la saliente CICIG, antes de que su mandato finalice en septiembre de 2015. Desde que la CICIG comenzó su trabajo en Guatemala en 2007, ha supervisado el enjuiciamiento del expresidente Alfonso Portillo así como otros casos de corrupción y actividad criminal dentro del sistema político. Sin embargo, la CICIG ha tenido enfrentamientos con el gobierno por casos como el juicio por genocidio del exdictador guatemalteco Efraín Ríos Montt, y en 2013, el presidente Otto Pérez Molina afirmó que no renovaría el mandato de la CICIG.