El exjefe de la red de sicarios del Cartel de Medellín ha sido liberado de prisión, lo que ha planteado interrogantes acerca de si un hombre, que es una de las figuras más temidas y manchadas de sangre en la historia del crimen organizado en Colombia, podría o debería ser reintegrado en la sociedad.
El 26 de agosto, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias "Popeye", quien ha admitido haber perpetrado directamente alrededor de 300 asesinatos y haber participado en cerca de 3.000, fue puesto en libertad después de pasar 22 años tras las rejas, informó El Colombiano.
El exsicario fue sentenciado a 50 años de prisión en 1992 por más de diez cargos de terrorismo, narcotráfico, homicidio y conspiración para cometer crímenes, pero fue puesto en libertad después de completar las tres quintas partes de su condena, tras recibir reducciones por estudiar y trabajar en la cárcel. Velásquez ha recibido la orden de completar 52 meses en libertad condicional; tiempo durante el cual no se le permitirá salir del país, informó BBC Mundo.
Dada su extensa historia criminal y la cooperación con las autoridades en casos prominentes -incluyendo el de Alberto Santofimio Botero, el exministro acusado de participar en el asesinato del líder político y candidato presidencial Luis Carlos Galán- Velásquez ha dicho que teme por su seguridad y pidió protección policial durante su salida de la cárcel, informó El Tiempo.
Velásquez ha declarado que le gustaría trabajar con jóvenes en riesgo en su nueva vida. En una entrevista con la revista Semana el año pasado, dijo que quería "enseñarle a los jóvenes de Colombia que no tienen por qué vender sus vidas por un Mercedes-Benz o por los cucos de una reina de belleza, como hice yo".
Análisis de InSight Crime
Velásquez fue una parte importante del reino del terror de Pablo Escobar, y desempeñó un papel clave en la sangrienta guerra del capo de la droga contra el Estado para evitar su extradición, que incluyó el bombardeo de un vuelo de una aerolínea comercial en el que murieron más de 100 personas, en 1989. Además de su participación en miles de asesinatos, también estuvo involucrado en el secuestro de varias figuras públicas prominentes y orquestó una campaña de bombardeos.
Su liberación plantea interrogantes acerca de las sentencias en Colombia y probablemente no sea bien recibida por las miles de víctimas de sus acciones, ni por aquellos que recuerdan la atmósfera de violencia, miedo, y anarquía que Escobar y sus secuaces trajeron a gran parte de Colombia. El momento no podría ser peor, pues este hecho se produce una semana después de que Colombia conmemorara el 25 aniversario de la muerte de una de las víctimas más famosas de Velázquez -Luis Carlos Galán, el político que se negó a ser intimidado por el capo de la droga y pagó con su vida.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles de Colombia
Aunque algunos miembros del Cartel de Medellín fueron extraditados a Estados Unidos y actualmente están cumpliendo largas penas de prisión, Velásquez no es la única figura prominente que ahora está disfrutando de su libertad. Dos de los hermanos Ochoa -quienes eran unos de los aliados más cercanos a Escobar- están libres, mientras el presunto lavador de dinero de Escobar, Jean Figali, ha construido un imperio de negocios en Panamá y ha sido acusado de enviar amenazas de muerte al exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN).