El número total de miembros de los grupos narcoparamilitares de Colombia, conocidos como las BACRIM, se ha reducido en alrededor de un 20 por ciento desde 2012. No obstante, las filas de los más poderosos, Los Gaitanistas, siguen creciendo.
Según el Centro Integrado de Inteligencia CI2 (conformado por la policía y las fuerzas militares), el número total de miembros de las BACRIM (de "bandas criminales") se redujo de 4.810 en febrero de 2012 a 3.700 a finales de 2013, informó El Tiempo.
Sin embargo, Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), han reclutado a otros 642 miembros, lo que en cifras totales serían 2.612 miembros -lo que representa el 70 por ciento de todas las BACRIM de Colombia. Más de 1.500 de ellos se concentran en las zonas urbanas de 11 departamentos, según el informe.
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Los Rastrojos, que hasta la rendición y captura de sus líderes en 2012 fue considerado el grupo más grande y poderoso de las BACRIM, han continuado su declive, al pasar de 2.085 miembros a 810 en el período de tiempo examinado.
El informe también pone de relieve cómo los remanentes del Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista Colombiano (ERPAC), que se dividió en dos grupos rivales, el Bloque Meta y los Héroes del Vichada, también siguen reclutando. Durante el período de tiempo, la facción Vichada aumentó de 143 a 200 miembros.
Análisis de InSight Crime
Las nuevas cifras refuerzan la idea de que las AGC no sólo son el grupo criminal dominante de Colombia, sino que también pronto podría ser considerado como el único grupo con el alcance y poder para ser clasificado como una BACRIM.
Sin embargo, el aumento en el número de sus miembros puede no sólo ser el resultado de una campaña de reclutamiento sino que también puede ser señal de la política de las AGC de integrar a su organización a organizaciones criminales más pequeñas. Por ejemplo, los Machos alguna vez fueron contados, en las cifras de las BACRIM, como una organización independiente. Desde que negociaron un acuerdo con las AGC en 2011, en el que intercambiaron el control de las rutas de la droga por financiación, suministros y apoyo en su conflicto con los Rastrojos, se han vuelto parte de la red de las AGC, aunque no estén directamente comandados por la dirección de las AGC.
A pesar del dominio de las AGC sobre otras BACRIM, al grupo todavía le queda un camino por recorrer para lograr un monopolio sobre el crimen organizado de Colombia. Si bien ya no hay otras organizaciones con alcance nacional, todavía pelean luchas locales amargas y violentas en regiones como el Valle del Cauca, donde están en conflicto con los remanentes de los Rastrojos, Magdalena, donde se están luchando contra la Oficina del Caribe, y los Llanos Orientales, donde se cree que se han unido a los Héroes de Vichada para luchar contra el Bloque Meta.