La guerrilla de las FARC ya no es una amenaza nacional, según el gobierno de Colombia. No obstante, si las autoridades tienen razón en que ese grupo se está replegando hacia sus bastiones tradicionales y dependiendo más de las milicias urbanas, sigue planteando un grave riesgo para la seguridad.
Un informe reciente del Ministerio de Defensa dijo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han perdido un 14 por ciento de sus fuerzas combatientes en los últimos dos años, o 1.200 personas, y ahora tienen unas 122 estructuras de combate con un total de menos de 8.000 miembros, según informó El Tiempo.
La guerrilla ya no constituye una amenaza a nivel nacional, según el ministerio, concentrando sus acciones en sólo 12 lugares clave, y retirándose a sus bases tradicionales de poder. En 2012, las FARC lanzaron ataques en sólo el 14 por ciento de los 1.123 municipios del país.
Esta pérdida de combatientes significa que las FARC están recurriendo cada vez más a sus grupos de milicianos - éstos generalmente son de base urbana, viven entre los civiles y no usan uniformes.
Análisis de InSight Crime
Las estadísticas del gobierno apuntan a un debilitamiento de las FARC, respaldado por el hecho de que los guerrilleros se encuentran actualmente en la mesa de negociación, en el estado de ánimo más conciliador que han demostrado durante años. Sin embargo, esto no significa necesariamente que una victoria militar está a la vista para el gobierno. Si no se alcanza la paz y el conflicto continúa, incluso unas FARC debilitadas, con sólo una fracción de sus actuales miembros, podría ser una seria amenaza para la seguridad en Colombia.
La creciente dependencia de la guerrilla en las milicias urbanas, como se ha documentado en los últimos años, significa que, mientras ahora el grupo en general no tiene la capacidad de lanzar ataques importantes, tiene una mayor capacidad para llevar a cabo hostigamientos a pequeña escala contra las autoridades. Las milicias no están fuertemente armadas y entrenadas militarmente, pero tienen la capacidad de mezclarse con la población civil y, por lo tanto, no representan un blanco fácil para las fuerzas armadas. La inteligencia colombiana ha informado que hay unas 10.000 milicias urbanas activas en el país, lo que significa que estas fuerzas urbanas ya superan en número a los combatientes rurales.