Las protestas han estallado en México en respuesta a la detención del líder de las autodefensas José Manuel Mireles, después de dirigir la toma del control de un pueblo de Michoacán, mientras la brecha entre las autoridades y las milicias ilegales restantes se profundiza y las tensiones se acumulan.
El 27 de junio, Mireles fue detenido en Michoacán por presunta violación a una ley federal de armas de fuego y explosivos, informó Proceso. Fue detenido junto con otros 69 miembros de las autodefensas, en una operación conjunta llevada a cabo por varias agencias del gobierno, la policía federal y la Procuraduría General de la República.
En respuesta, las milicias de las autodefensas establecieron barreras en varios puntos a lo largo de una carretera costera, y se comprometieron a mantener los bloqueos hasta que Mireles y otros capturados fueran liberados, informó Vanguardia. También expresaron su indignación por la detención de Mireles, mientras que Servando Gómez Martínez, alias "La Tuta", el líder del cartel los Caballeros Templarios que las milicias buscan combatir, sigue en libertad.
El comisionado de seguridad de Michoacán, Alfredo Castillo, manifestó que todos los civiles armados en el estado que no formen parte de los Cuerpos de Defensa Rural -nuevas unidades creadas para legalizar formalmente las milicias bajo el paraguas del Estado- serían detenidos.
Mireles fue detenido al día siguiente de dirigir la toma del control de La Mira por parte de las autodefensas, un pueblo cerca del estratégico puerto de Lázaro Cárdenas.
Análisis de InSight Crime
El gobierno de Enrique Peña Nieto parece querer ambas cosas: autodefensas feroces cuyos miembros también sean ciudadanos modelo. Y la política de su gobierno, de legalizar una sección del movimiento mientras ataca a aquellos que permanecen por fuera, ya ha comenzado a ser contraproducente. La detención de Mireles está exacerbando el conflicto, con las indignadas fuerzas de autodefensa diciendo que, en represalia, ahora tomarán el control de Lázaro Cárdenas.
VEA TAMBIÉN: Dilema de Seguridad en México: Milicias de Michoacán
Mireles ha sido un fuerte crítico de los esfuerzos del gobierno para combatir al crimen organizado en Michoacán y ha acusado a las autoridades de no cumplir con su parte del acuerdo, el cual fue alcanzado con las milicias de las autodefensa en enero. También ha discutido públicamente con los líderes de las autodefensas que se han unido a las fuerzas del Estado, lo que lo ha convertido en un punto central de la disputa.
Si el gobierno quiere calmar la situación, entonces tendrá que convencer a la gente de Michoacán que es de su interés respaldar a los Cuerpos de Defensa Rurales y no a las milicias como la dirigida por Mireles. Sin embargo, hasta ahora, ha habido pocas señales de acción por parte de las fuerzas legalizadas, lo que ha creado la oportunidad para que Mireles construya apoyo al tomar la iniciativa.
Si Mireles se las arregla para obtener apoyo popular, mientras que el cinismo se erige sobre las milicias institucionalizadas, entonces su detención y otras similares podrán desacreditar aún más al gobierno y al proceso de legalización, a los ojos de los residentes que están cansados de la criminalidad del estado. En otras palabras, pueden presentarse más batallas.