Roberto “El Burro” Herrera, uno de los tres presuntos fundadores del Cartel de Texis, está siendo juzgado de nuevo por el robo de un Toyota Yaris en 2012, un indicio más de que las autoridades de El Salvador están tratando de acabar con el grupo a como dé lugar.
Herrera fue absuelto de los mismos cargos en noviembre de 2014, pero al parecer esta vez está siendo juzgado por ser miembro de una red transnacional de ladrones de automóviles que llevó a Guatemala 13 vehículos robados.
Pocos minutos antes de su audiencia, Herrera afirmó que el Cartel de Texis nunca había sido descubierto traficando drogas. Cuando se le preguntó por qué creía que el gobierno lo vinculaba a una organización que trafica cocaína por Centroamérica, Herrera respondió: “No puedo dar referencias de algo inexistente”, informó La Página.
Según La Página, Herrera aduce varias evidencias, como no participar en tiroteos, no contar con pistolas enchapadas en oro o no cometer los macabros y bien ejecutados asesinatos típicos de la actividad de los carteles en México, como razones que no permiten comprobar la existencia del Cartel de Texis.
Análisis de InSight Crime
Si bien el Cartel de Texis obviamente existe (numerosos informes de inteligencia lo han descrito como una organización de tráfico de drogas y lavado de dinero que opera con impunidad aprovechando sus contactos con altos funcionarios del gobierno) las declaraciones de Herrera revelan un elemento de verdad acerca de la organización: en lugar de usar la violencia para resolver los desacuerdos, el Cartel de Texis recurre principalmente al soborno y la corrupción.
En general, el Cartel de Texis se mantuvo fuera de la luz pública hasta 2011, cuando el diario salvadoreño El Faro informó sobre los extensos vínculos del grupo con políticos y la policía, e identificó a los tres presuntos fundadores: Herrera, magnate hotelero; José Salazar (alias “Chepe Diablo”) y Juan Umaña, alcalde de Metapán.
VEA TAMBIÉN: Noticias y Perfil del Cartel de Texis
En un intento por acabar con el manto de impunidad que protege a los líderes del Cartel de Texis, las autoridades acusaron a Salazar y a Umaña por evasión de impuestos en abril de 2014, aunque Salazar fue dejado en libertad en agosto de ese mismo año. Una de las primeras condenas efectivas de un presunto colaborador del Cartel de Texis fue la del empresario Leonel Sandoval, quien fue condenado a cuatro años de prisión por posesión de armas.
Si bien las autoridades están usando la “estrategia Al Capone” para derrocar al grupo, imputando a los presuntos líderes por crímenes sólo tangencialmente relacionados con el tráfico de drogas y el lavado de dinero, no han logrado derrumbar la red de policías y políticos corruptos que le han permitido al Cartel de Texis operar libremente durante tantos años.