El líder de una conocida banda de Venezuela está al parecer operando desde Colombia, lo que indica que las organizaciones criminales del atribulado país se están expandiendo a las naciones vecinas, como una consecuencia también de la falta de cooperación internacional del gobierno venezolano.

Gilberto Malony Hernández, alias “Malony”, es el actual líder de la “megabanda” venezolana “El Tren del Llano”, grupo que opera en el estado Guárico, ubicado en el centro del país y al sur de la capital, Caracas. En las últimas semanas, sin embargo, El Tubazo Digital y otros medios venezolanos han señalado, con base en información de fuentes de los organismos de seguridad, que Malony Hernández ha abandonado el país y al parecer se oculta en Colombia.

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La información se dio a conocer después de que las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) mataran a por lo menos cuatro presuntos miembros de la banda de Malony Hernández durante un procedimiento en Altagracia de Orituco, Guárico. Otros miembros de la banda huyeron a las montañas y se cree que se han dirigido hacia la frontera con Colombia, según informó Caraota Digital.

La operación se inició después de que un video que se hizo viral el 30 de julio, en el que se ve a presuntos miembros de la banda de Malony Hernández disparando sus armas al aire, como homenaje a dos camaradas asesinados.

El Tren del Llano nació alrededor de 2008, inicialmente como una pequeña banda dedicada a la extorsión, pero pronto expandió sus operaciones hasta incluir secuestros, asesinatos y narcotráfico. Pero desde el asesinato de su primer líder, José Antonio Tovar Colina, alias “El Picure”, en 2016, el grupo se ha reducido considerablemente.

Análisis de InSight Crime

El caso de Malony Hernández llama la atención sobre los riesgos del aislamiento internacional de Venezuela en materia de cooperación internacional para combatir el crimen, lo cual no solo garantiza impunidad dentro del país a los más peligrosos delincuentes del país, sino que además le permite a las bandas venezolanas menos conocidas extender su presencia en el extranjero.

Venezuela ha sido por mucho tiempo un refugio para algunos de los grupos armados más peligrosos de la región, lo que incluye bandas colombianas como Los Rastrojos y grupos guerrilleros como las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Particularmente, desde que estalló la actual crisis en Venezuela, la corrupción sistémica y la falta de cooperación entre el régimen del presidente Maduro y otros países han obstaculizado los esfuerzos para llevar los criminales ante la justicia.

Pero esto también opera a la inversa. Ante la falta de una comunicación efectiva entre las fuerzas de seguridad de los diferentes países, los líderes pandilleros venezolanos que no tienen antecedentes criminales en Colombia pueden pasar fácilmente desapercibidos en el país vecino. El caso de Malony Hernández indica que esta puede ser una opción atractiva para ellos, pues de esta manera reducen el riesgo de ser asesinados por bandas rivales o por fuerzas de seguridad en su territorio de origen.

El caso de Malony Hernández no es el único ejemplo. Las fuentes de InSight Crime afirman que el líder de una organización criminal conocida como “Los Capracio”, una banda que opera en el estado Miranda (muy cerca de Caracas), recientemente fue asesinado en Bucaramanga donde se estaba ocultando, en Colombia.

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Aunque huir al extranjero puede ser una táctica de supervivencia para organizaciones debilitadas como El Tren del Llano, el establecimiento de conexiones en la frontera colombiana también puede permitir la expansión criminal.

Guárico, de donde es originario El Tren del Llano, limita con el estado de Apure, que es un punto de entrada clave para las drogas procedentes de Colombia. Según fuentes de InSight Crime en la región, la actividad del grupo en el narcotráfico se ha centrado tradicionalmente en el transporte de estos cargamentos desde los llanos centrales de Venezuela hasta la costa Caribe.

Actualmente, otras pandillas del centro de Venezuela están aprovechando la porosa frontera para extender sus actividades de narcotráfico locales. Eso fue lo que ocurrió en el caso de El Tren de Aragua, una banda del centro-norte de Venezuela que ya está moviendo drogas a través del estado fronterizo de Táchira.