Seis pandillas en El Salvador han anunciado que desean seguir con una tregua, que ya lleva dos años, durante este nuevo período presidencial, lo que plantea la pregunta: ¿qué pueden ganar las pandillas al mantener un acuerdo aparentemente tambaleante?
Portavoces de la Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18, la Mao Mao, Máquina, Mirada Locos 13 y Privadas y Privados de Libertad de Origen Común, dijeron en un comunicado de prensa, emitido a los medios locales, que les gustaría continuar lo que realmente es sólo un parcial cese al fuego. La declaración del 9 de marzo se produjo dos años después de que la MS13 y Barrio 18 comenzaran la tregua, lo que llevó a una drástica caída en la tasa de homicidios del país.
En el comunicado, las pandillas enviaron sus felicitaciones al presidente electo, Salvador Sánchez Cerén, del partido gobernante el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el cual es una ex organización guerrillera, y declararon: "Si nos lo permite, nos gustaría seguir siendo parte de la solución al problema de la violencia que afecta a este país".
Las pandillas afirmaron que la tregua había salvado 5.539 vidas, que había dado lugar a una caída del 18 por ciento en las tasas de extorsión, y que había resultado en la entrega voluntaria de 504 armas a las autoridades. Esta afirmación no coincide con las estadísticas oficiales.
Sánchez Cerén fue el ganador de las elecciones presidenciales de El Salvador después de una contienda extremadamente reñida. Él tomará posesión del cargo el 1° de junio.
Análisis de InSight Crime
La tregua entre pandillas, la cual fue negociada secretamente por el gobierno saliente de Mauricio Funes, dio inicialmente lugar a una caída de más del 50 por ciento en los homicidios, de un promedio de 14 a 6,8 homicidios al día. Sin embargo, desde mediados de 2013, los homicidios han ido aumentando de forma constante, y actualmente se sitúan en un promedio diario de casi nueve. Señales de desapariciones forzadas, extorsión persistentemente alta, y crecientes detenciones de pandillas relacionadas con las drogas, también han alimentado las críticas respecto a la iniciativa.
A pesar de la creciente violencia, y del hecho de que el proceso ha sido en gran parte abandonado por la administración responsable de éste, los líderes de las pandillas continúan impulsando el proceso. Algunos analistas han sugerido que está emergiendo una división generacional: los miembros de más edad parecen buscar una salida respetuosa, mientras los miembros más jóvenes quieren seguir con lo que ellos llaman "la vida loca”. Independientemente de la razón, tanto las diferencias internas como externas indican que hay poca cohesión con respecto al proceso.
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La tregua también ha sido criticada porque le dio a la MS13 y a Barrio 18 un recién descubierto capital político y el poder para obtener concesiones por parte del gobierno, amenazándolo con un resurgimiento de la violencia. La iniciativa en sí misma fue construida alrededor de este tipo de beneficios -cerca de 30 líderes de pandillas fueron trasladados a cárceles de seguridad media, y grabaciones filtradas indican que también pudo haber incentivos financieros involucrados.
El nuevo gobierno no ha dicho cuál será su política con respecto a la tregua, pero las pandillas apoyaron al FMLN en las urnas, y hay algunos exguerrilleros del FMLN que son líderes de pandillas. Además, el nuevo gobierno probablemente tendrá que integrar a estas otras pandillas en el proceso.