La falta de grandes violaciones al cese al fuego unilateral declarado por las FARC, para la temporada electoral de Colombia, indica que el comando central retiene un amplio control sobre las unidades en el terreno, aunque el rebelde Frente 36 sigue siendo una grave preocupación.
Según el grupo de monitoreo del conflicto, el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), hubo cuatro violaciones al cese al fuego, el cual fue llamado conjuntamente por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), para el período de mayo 20 al 28. Las FARC fueron las responsables de las cuatro violaciones, pero ninguna de ellas resultó en muertes o lesiones.
La primera violación se produjo un día después del inicio del cese al fuego, cuando el Frente 36 de las FARC sembró explosivos -que el ejército desactivó- en una torre eléctrica ubicada en una zona rural del departamento de Antioquia.
Según CERAC, la observación general del cese al fuego "revela un mayor comando y control al interior del grupo armado. Esto revela una verdadera consolidación de las FARC como organización”.
En lo que va de 2014, los ataques lanzados por las FARC han caído un 57,8 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2013, según el grupo de monitoreo Fundación Paz y Reconciliación.
Los niveles de ataques están estrechamente relacionados con las conversaciones de paz en La Habana, que han llevado a las FARC a preocuparse más por el impacto de sus acciones sobre la opinión pública, dijo a El Espectador el coordinador de Paz y Reconciliación coordinador Ariel Ávila.
“Han aprendido a llevar el ritmo del conflicto armado al ritmo de la negociación de paz”,dijo, “Cuando la mesa está parada las Farc incrementan las acciones y cuando está ágil bajan la intensidad del conflicto”.
Análisis de InSight Crime
El cese al fuego de las elecciones representó la tercera vez que las FARC habían declarado una pausa unilateral en las hostilidades, desde que iniciaron las conversaciones de paz en 2012. Cada uno de estos ceses al fuego han experimentado limitadas violaciones, con este último, podría decirse, siendo el más exitoso en detener las acciones, aunque también el más corto.
Esta es una señal positiva para las negociaciones de paz, ya que sugiere que las FARC retienen el control sobre las unidades en el terreno -control que será fundamental a la hora de hacer cumplir cualquier acuerdo alcanzado entre los líderes de la guerrilla y el gobierno.
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Sin embargo, el Frente 36 sigue siendo una preocupación. El frente ha sido el principal violador de cada uno de los ceses al fuego anteriores, y el hecho de que continúe esta tendencia aumenta la probabilidad de que éste sea un mensaje deliberado y no un problema de comunicación.
Como InSight Crime ha señalado anteriormente, el Frente 36 es un candidato ideal separarse en lugar de desmovilizarse, en el caso de que se de un acuerdo de paz. Es rico, está muy involucrado en actividades criminales, y es dirigido por un comandante que se ha enfrentado con la jerarquía de las FARC.